Igualdad de mujeres y hombres

Reimaginar el poder como cooperación

Las oficinas de la CIB de Addis Abeba y El Cairo analizan la necesidad de superar la noción de poder como dominación para avanzar hacia la verdadera igualdad de género.

2 de septiembre de 2025
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Reimaginar el poder como cooperación
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CAIRO — En una mesa redonda organizada recientemente por la Comunidad Internacional Bahá’í (CIB) se analizó la forma en la que las sociedades deben trascender la concepción del poder como dominación o control si han de progresar hacia la verdadera igualdad de mujeres y hombres.

La mesa redonda fue convocada con motivo del Día Panafricano de la Mujer por las Oficinas de Addis Abeba y El Cairo de la Comunidad Internacional Bahá’í, en colaboración con el Foro de Diálogo Interreligioso de la Unión Africana.

Con unos cuarenta participantes de trece Estados miembros de la Unión Africana, entre ellos representantes de misiones diplomáticas, organizaciones de la sociedad civil, comunidades religiosas e instituciones académicas, en la reunión se analizó la forma en que una comprensión renovada del poder podía empoderar a las mujeres y fortalecer la armonía social.

Los ponentes se centraron en los profundos retos culturales y estructurales que aún perduran, desde la violencia de género a la exclusión de las mujeres del proceso de toma de decisiones. También destacaron las experiencias que muestran la manera en que nuevos conceptos del poder, basados en la cooperación, el apoyo mutuo y el liderazgo moral, pueden transformar las relaciones en todos los niveles de la sociedad.

«El poder no debe entenderse como un recurso finito que un grupo posee a costa de otro», dijo Hatem El-Hady de la Oficina de la Comunidad Internacional Bahá’í en El Cairo . «Al contrario, es una capacidad colectiva inherente a toda la humanidad, que se expresa a través del servicio, el estímulo y la cooperación».

Y añadió: «Una sociedad justa y próspera nace cuando los individuos, las comunidades y las instituciones se cuidan recíprocamente»

Las expresiones positivas de poder abarcan «el poder interior» relacionado con la autoestima y la confianza», el «poder para» decidir y actuar así como el sentido del «poder compartido» que desarrolla la fuerza colectiva mediante la colaboración, agregó Bethel Terefe Gebremedhin, experta senior en cuestiones de género Oficina Regional para África de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

Redefinir el poder significa crear espacios en los que mujeres y hombres colaboren, no compitiendo entre sí, sino en unidad, para contribuir al progreso de África.

Shermona Moonilal, representante de la Comunidad Internacional Bahá’í

En el debate quedó patente que los marcos regionales, como la Estrategia de Género de la Unión Africana y la Agenda 2063, dan importancia a la gobernanza participatoria y al liderazgo compartido. Sin embargo, los asistentes reconocieron que las reformas legales por sí solas no son suficientes si no van acompañadas de la transformación cultural correspondiente.

Las experiencias locales que se compartieron en la mesa redonda brindaron ejemplos prácticos del impacto de los cambios positivos en la cultura cuando se replantean las nociones del poder.

«Con el tiempo, los intereses de nuestra comunidad cambiaron pasando de los asuntos cotidianos a las cuestiones profundas sobre el modo en que mejorar nuestro entorno y fortalecer nuestras familias», afirmó Grace Mwamba, miembro de la comunidad bahá’í de Zambia, al describir de qué forma las actividades de educación moral y espiritual inspiradas en los principios bahá’ís han ayudado a las mujeres y hombres por igual a obtener un sentido más profundo de su capacidad para actuar.

El cambio en la participación de estas mujeres para promover el bienestar de su comunidad ha tenido un efecto en las normas culturales imperantes que dictan que las mujeres no tienen poder para sustentar materialmente a los hiyos y a la familia ni para contribuir a su comunidad de manera relevante», añadió Mwamba.

Tras el encuentro, Solomon Belay, representante de la Oficina de Addis Abeba de la Comunidad Internacional Bahá’í, apuntó que los diálogos sobre el empoderamiento de las mujeres deben ir más allá de la defensa activa y alcanzar el ámbito cultural: «La familia es el lugar donde se forjan nuestras primeras ideas de la justicia y la igualdad. Si el poder se redefine dentro de la familia como colaboración y como responsabilidad compartida, esto contribuirá a dar forma a las estructuras de la sociedad misma».

Shermona Moonilal, de la Oficina de Addis Abeba, hizo hincapié en la necesidad de poner al descubierto los prejuicios: «Con demasiada frecuencia, las mujeres solo se ven como receptoras en lugar de como protagonistas igualitarias del cambio.

«Redefinir el poder significa crear espacios en los que mujeres y hombres colaboren, no compitiendo entre sí, sino en unidad, para contribuir al progreso de África».

La reunión forma parte de la aportación sistemática de la Comunidad Internacional Bahá’í a los debates sobre la igualdad entre mujeres y hombres. Las oficinas tienen previsto celebrar nuevos foros para estudiar el tema.

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