Breve reseña histórica

La Fe bahá'í se remonta a 1844 y al anuncio de un joven, Siyyid 'Alí-Muhammad, en Shiraz, Persia (ahora Irán), de que Dios lo había enviado para preparar a la humanidad para una nueva era y para la inminente aparición de otro Mensajero aún más grande que Él mismo.

Siyyid 'Alí-Muhammad tomó el título de Báb (que significa Puerta en árabe) y declaró que Aquel cuya venida Él había anunciado sería la Manifestación universal de Dios enviada para inaugurar una era de paz e iluminación, como ha sido prometido en todas las religiones del mundo.

Las enseñanzas del Báb, que se difundieron rápidamente, fueron consideradas heréticas por el clero y el gobierno de Persia. Más de 20 000 de sus seguidores, conocidos como bábíes, perecieron en una serie de masacres por todo el país.

El mismo Báb fue ejecutado públicamente en la ciudad de Tabriz el 9 de julio de 1850.

Los bahá'ís consideran que el Báb es un Mensajero de Dios independiente y el precursor de Bahá'u'lláh (la Gloria de Dios en árabe), que es el fundador de la Fe bahá’í.

Bahá'u’lláh, cuyo nombre era Mírzá Husayn 'Alí, nació en una familia noble en Teherán el 12 de noviembre de 1817. A los veintitantos rechazó una vida de privilegios y se convirtió en uno de los principales discípulos del Báb.

En 1852, durante la persecución de los bábíes, fue arrestado, golpeado y arrojado a un calabozo infame en Teherán. Después de cuatro meses, fue liberado y expulsado de su tierra natal lo que dio comienzo a 40 años de exilio y encarcelamiento.

Fue enviado por primera vez a Bagdad, donde él y sus compañeros permanecieron durante 10 años. En 1863, en vísperas de Su posterior destierro a lo que ahora es Turquía y luego a Tierra Santa, Bahá’u’lláh anunció que Él era el Mensajero universal de Dios anunciado por el Báb.

En 1868, Bahá'u’lláh llegó a Tierra Santa con unos 70 miembros de Su familia y seguidores, condenados por las autoridades otomanas a un confinamiento perpetuo en la colonia penal de Acre. El orden de confinamiento nunca se levantó pero, debido al creciente reconocimiento de su personalidad excepcional, finalmente pudo salir de los muros de la ciudad de la prisión. Vivió sus últimos años en una casa de campo llamada Bahjí, donde falleció en 1892. Allí fue enterrado y Su santuario es el lugar más sagrado de la tierra para los bahá’ís.

Durante los 40 años de Su exilio, Bahá’u’lláh reveló una serie de libros, tablas y cartas que hoy forman el núcleo de los escritos sagrados de la Fe bahá’í. Equivalentes a unos 100 volúmenes, los escritos de Bahá’u’lláh describen la naturaleza de Dios y el propósito de la existencia humana, dan nuevas leyes religiosas y describen una visión para crear una sociedad mundial pacífica y próspera.

En Su testamento, Bahá'u’lláh nombró a Su hijo mayor, 'Abbás Effendi (1844-1921), como la cabeza de la Fe bahá'í y el intérprete autorizado de Sus enseñanzas. 'Abbás Effendi, conocido por los bahá'ís como ‘Abdu'l-Bahá (Siervo de Bahá), se hizo famoso en el área de Haifa-Acre por sus obras caritativas, y también viajó por Europa y Norteamérica para alentar a las nacientes comunidades bahá'ís y proclamar las enseñanzas de Bahá'u'lláh al público en general. Los escritos de 'Abdu'l-Bahá se consideran parte de las escrituras sagradas de la Fe bahá’í.

'Abdu'l-Bahá falleció en 1921. En su testamento, designó a su nieto Shoghi Effendi (1897-1957) como su sucesor, con el título de Guardián de la Fe bahá'í. Durante el ministerio de Shoghi Effendi, la religión se extendió por todo el mundo y se establecieron sus instituciones administrativas locales y nacionales. Con el fallecimiento de Shoghi Effendi en 1957, la línea de líderes hereditarios de la Fe bahá'í llegó a su fin.

Siguiendo las disposiciones establecidas por Bahá’u’lláh, en 1963, la Casa Universal de Justicia fue elegida para dirigir los asuntos de la Comunidad Mundial Bahá'í. Los nueve miembros de la Casa Universal de Justicia son elegidos cada cinco años por los miembros de los órganos administrativos nacionales bahá'ís de todo el mundo.