En una cruel escalada, unos 200 agentes del Gobierno iraní han acordonado el pueblo de Roushankouh, donde vive un gran número de baháʼís, y han derribado sus hogares.
El Gobierno iraní emite una alarmante declaración de propaganda de odio contra los bahá’ís, realiza redadas en 52 hogares y negocios, y detiene o encarcela a 13 personas.
La campaña sistemática del Gobierno iraní para perseguir a los bahá’ís de Irán se ha vuelto a agudizar con el arresto, procesamiento o encarcelamiento de nuevos bahá’ís.
La Asamblea General de Naciones Unidas exige a Irán que respete los derechos humanos de todos sus ciudadanos, entre ellos los miembros de la Fe bahá’í.
La campaña que insta al Gobierno de Irán a poner fin a la incitación al odio contra los bahá’ís recibe un apoyo mundial sin precedentes de muchos sectores de la sociedad.
Autoridades gubernamentales y figuras destacadas dan la voz de alarma ante los nuevos niveles de la campaña de odio contra los bahá'ís iraníes patrocinada por el Estado.
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La campaña que reclama la devolución de sus tierras ancestrales a los bahá'ís de Ivel genera una efusión mundial de solidaridad sin igual de autoridades y personalidades.
Agricultores así como ingenieros agrónomos y responsables políticos de varios países se unen al clamor creciente por el embargo de las tierras de agricultores bahá’ís.
Extraordinaria oleada de apoyo de destacados musulmanes, autoridades gubernamentales y parlamentarios frente al aumento de la persecución de la comunidad bahá'í iraní.
Un ex primer ministro, ministros de Justicia, jueces del Tribunal Supremo y expertos jurídicos condenan la reciente sentencia de confiscación de propiedades bahá'ís.