La remodelación paisajística alrededor de la mansión de Mazra‘ih permite a los visitantes disfrutar del ambiente tranquilo que reina en este lugar sagrado.
CENTRO MUNDIAL BAHÁ’Í — Las obras de remodelación paisajística en las inmediaciones de la Mansión de Mazra‘ih han incorporado senderos, huertos y vistas relajantes que invitan a la oración y la reflexión, permitiendo que los visitantes experimenten el sosegado espíritu que históricamente se asocia a este lugar sagrado.
Las obras amplían el proyecto de conservación iniciado en 2020, que sigue en proceso, y desvela la belleza natural que dio la bienvenida a Bahá’u’lláh cuando abandonó por primera vez la ciudad prisión de ‘Akká en 1877.
Uno de los planteamientos al diseñar el jardín fue investigar qué aspecto tenía cuando Bahá’u’lláh llegó a Mazra‘ih», afirmó Douglas Baker, voluntario del Departamento de Jardines del Centro Mundial Bahá’í.
Baker explicó que, si bien la documentación original es escasa, el diseño del jardín se concibió para ser sencillo y contemplativo y contaba con especies vegetales que seguramente existían en la época de Bahá’u’lláh.
Los elementos planificados minuciosamente contribuyen a crear un ambiente sosegado. «En el diseño se han incorporado árboles y plantas típicas de la zona de manera que los visitantes puedan sentirse como en casa en su entorno, lo que contribuye a su experiencia espiritual», señaló Baker.
Aunque se han introducido diversas especies de plantas autóctonas en el terreno, como árboles y plantas perennes en contraste con especies florales y caducifolias, se han conservado los olivos y las moreras existentes.
Se han plantado cipreses y árboles caducifolios a lo largo de gran parte del perímetro de la propiedad. Los senderos accesibles de superficie sólida garantizan que todos puedan disfrutar de los jardines, y los bancos dispuestos cuidadosamente proporcionan espacios para la oración y el descanso.
La propiedad se distribuye en zonas diferenciadas. Al oeste y al este, los jardines formales enmarcan el acceso a la mansión; al sur y al sureste, los naranjales conectan los terrenos con su pasado agrícola; y en las zonas que circundan los jardines, el prado ajardinado ofrece un amplio espacio abierto donde los visitantes pueden pasear y disfrutar. Junto a la mansión se encuentran un acueducto restaurado del período otomano, una alberca y un pozo.
La reciente remodelación paisajística solo es el comienzo de la evolución del jardín, pues muchos árboles recién plantados tardarán casi veinte años en alcanzar la madurez. No obstante, el diseño garantiza que sus vistas y espacios se amplíen continuamente, lo que fomentará una sensación cada vez más profunda de sosiego y de renovación espiritual que recuerde el paisaje que Bahá’u’lláh contempló en 1877 tras nueve años de confinamiento dentro de las murallas de ‘Akká.
Conforme avance el programa general de conservación, los alrededores de Mazra‘ih estarán listos para su uso público a su debido tiempo, ofreciendo a los visitantes un entorno de oración en medio de la tranquilidad de la naturaleza.
«Mazra‘ih es recordado como un lugar de paz y de tranquilidad. Aquí se experimenta la sencillez del campo, la armonía de los árboles y de la luz, que alimentan el alma», dijo Tjireya Tjitendero, consejera especial de la Secretaría de la Comunidad Internacional Bahá’í.