44 bahá’ís de Irán arrestados, procesados o encarcelados, y un defensor de los derechos humanos declara que la situación «se agrava»
CIB NUEVA YORK — La campaña del Gobierno iraní de persecución sistemática de la minoría religiosa bahá’í se agudizó una vez más la semana pasada con el arresto, la audiencia judicial o el encarcelamiento de al menos dieciocho ciudadanos bahá’ís en todo el país, lo que eleva ya el número total de junio a 44 personas. Paralelamente, otros cientos de personas aguardan también las citaciones judiciales o el ingreso en prisión.
La Comunidad Internacional Bahá’í cree que el incremento en el ritmo de arrestos y de encarcelamientos de las últimas semanas constituye un nuevo y preocupante giro en la persecución, y demuestra que las autoridades están cumpliendo de forma creciente sus planes para encarcelar u hostigar a la comunidad bahá’í.
La semana pasada en Shiraz, tres mujeres fueron arrestadas: dos jóvenes de poco más de 20 años y una mujer de 41, madre de dos hijos. Permanecen retenidas sin cargos en el centro de detención de la Oficina de Inteligencia de Shiraz.
Una de las jóvenes había intentado ingresar en la universidad en 2019, tras superar los exámenes nacionales de acceso. Las autoridades le comunicaron que tenía un «expediente incompleto», una experiencia habitual para los bahá’ís que solicitan el acceso a la universidad y ven cómo se les deniega. Desde la Revolución Cultural de 1983 en Irán, se ha impedido a los bahá’ís el acceso a la educación superior.
También la semana pasada, otros siete bahá’ís, que habían sido arrestados anteriormente y puestos en libertad bajo fianza, fueron convocados a comparecer ante el tribunal y están a la espera de los resultados.
En Bandar-e-Lengeh, en el sur de Irán, las autoridades obligaron al cierre de un taller propiedad de bahá’ís y negaron las licencias comerciales a otros dos negocios de óptica, privando a estas familias de sus medios de subsistencia y estrangulando las oportunidades económicas de los miembros de la comunidad.
En Sanandaj y en otras localidades pequeñas de esa región del oeste de Irán, los miembros de la comunidad bahá’í han estado constantemente bajo vigilancia, acoso y amenazas debido a sus creencias.
«Los bahá’ís de Irán difícilmente pasan una semana sin sufrir nuevos arrestos, citaciones de ingreso en prisión y otras formas de persecución por parte del Gobierno iraní», afirma Bani Dugal, representante principal de la Comunidad Internacional Bahá’í ante las Naciones Unidas. «Hacemos sonar la alarma: los bahá’ís de Irán están sufriendo el peor ataque coordinado que hemos visto en muchos años».
Los últimos sucesos se producen tras las sentencias de cárcel o de exilio contra 26 bahá’ís en Shiraz el mes pasado bajo la acusación de reunión y connivencia «con el fin de causar inseguridad intelectual e ideológica en la sociedad musulmana». De hecho, los bahá’ís se habían reunido en Shiraz como parte de sus labores para atender las necesidades de la comunidad local y evaluar la gravedad de la crisis del agua en la región. Varios niños pequeños se verán separados de sus padres como consecuencia de estas sentencias.
Hace dos años, también en Shiraz, 40 bahá’ís fueron convocados ante una corte revolucionaria en la que un funcionario amenazó con «extirpar» la comunidad de la ciudad.
El periodista y activista de derechos humanos Maziar Bahari, galardonado con el Premio Elie Wiesel de 2020 y el Premio Oxfam Novib/PEN por la Libertad de Expresión de 2009, y que ha realizado varias películas sobre los bahá’ís de Irán, afirmó que los continuos arrestos demostraban que el Gobierno iraní intenta «enterrar» a la comunidad bahá’í de ese país.
«Las autoridades iraníes te encarcelan si quieren que el mundo se olvide de ti y que pierdas la esperanza en el futuro―afirmó Bahari―. Miles de bahá’ís de Irán han sido encarcelados durante los últimos 40 años, lo que da fe de la ambición de Irán de hacer desaparecer a los bahá’ís y parece que en este momento esta situación se agudiza. Espero que la comunidad internacional pueda presionar al Gobierno iraní para que cese en su empeño».
Entre las nuevas acciones contra los bahá’ís este mes de las que hemos sido informados se encuentran las siguientes:
• El 28 de junio de 2022, Jila Sharafi Nasrabadi, una bahá’í residente en Shiraz fue arrestada por las fuerzas de seguridad, quienes registraron su domicilio y confiscaron numerosos objetos. La Sra. Nasrabadi, de 41 años de edad, casada y con dos hijos, fue llevada al centro de detención de la Oficina de Inteligencia de Shiraz.
• El 26 de junio de 2022, la Sra. Shaghayegh Khanehzarrin y la Sra. Negar Ighani, ambas jóvenes de unos veinte años, fueron arrestadas en Shiraz. Los cargos contra ellas no se han dado a conocer, pero siguen retenidas en la Oficina de Inteligencia de Shiraz.
• El 20 de junio de 2022, el Sr. Moin Misaghi, el Sr. Mehran Mosalla Nejad, la Sra. Negareh Ghaderi y la Sra. Hayedeh Foroutan fueron citados a comparecer ante un tribunal en Shiraz.
• El 19 de junio de 2022, el Sr. Said Abedi, el Sr. Vahid Dana y el Sr. Salehi, del que solo se conoce el apellido, fueron citados a declarar ante el juzgado de Shiraz.
• El 18 de junio de 2022, el Sr. Fardin Naddafian, de Teherán, fue transferido a la prisión de Evin para cumplir sentencia. Hay más información disponible de este caso.
• El 17 de junio de 2022, la Sra. Haideh Ram fue transferida a la prisión de Adilabad en Shiraz para cumplir su condena. También fueron condenados a cumplir sus sentencias otros cinco bahá’ís: el Sr. Borhan Esmaili, la Sra. Maryam Bashir, la Sra. Faranak Sheikhi, la Sra. Minou Bashir y la Sra. Dorna Ismaili, sentenciadas anteriormente a un total de más de 64 años de prisión en un caso conjunto con la Sra. Ram. Hay más información disponible sobre todos estos casos.
• El 15 de junio de 2022, la Sra. Samin Ehsani, especialista en educación infantil, fue arrestada y transferida a la prisión de Evin para cumplir su condena. Hay más información disponible sobre este caso.
Los bahá’ís, la minoría religiosa no musulmana más numerosa de Irán, han sido perseguidos en Irán desde la Revolución Islámica de 1979. Un memorándum secreto aprobado por el Líder Supremo de Irán pedía en 1991 que se bloquease el «progreso y desarrollo» de la comunidad bahá’í, impidiendo su acceso a la universidad, obstaculizando sus posibilidades de ganarse la vida y por otros medios discriminatorios.