OĞUZ, Azerbaiyán — El pasado sábado se ha celebrado en Azerbaiyán la primera conferencia nacional sobre el fomento de la convivencia organizada por el Comité Estatal de Asociaciones Religiosas del Gobierno, que ha reunido a autoridades, representantes de diversas comunidades religiosas, dirigentes de la sociedad civil, profesores universitarios y periodistas.

La conferencia fue organizada por el comité estatal apenas seis días después de que se celebraran foros entre diversos actores sociales en torno al principio bahá’í de la unidad en diversidad. El encuentro supuso además una respuesta al creciente interés de la sociedad azerbaiyana por analizar cuestiones relativas a una identidad nacional inclusiva.

Eyvaz Gurbanov, jefe de la Autoridad Ejecutiva del Distrito de Oğuz, pronunció el discurso inaugural en el que afirmó que Azerbaiyán tiene una larga tradición de multiculturalismo y que existe un gran interés en el país por fortalecer una cultura de convivencia y tolerancia.

Ramazan Asgarli, de la Oficina Bahá’í de Asuntos Externos de Azerbaiyán, profundizó en esta idea durante la sesión plenaria: «El multiculturalismo no representa una realidad estática; implica algo que es dinámico, inclusivo y con el telón de fondo de un mundo que está cambiando».

Asgarli explicó que la causa fundamental de las luchas entre los pueblos y naciones del mundo es una crisis de identidad. «Las diferentes naciones y grupos se esfuerzan por encontrar su lugar en el mundo y, en ausencia de una identidad común, sus relaciones sufren tensiones».

Sus comentarios pusieron de manifiesto la necesidad de adoptar premisas sobre la identidad que fomenten la unidad a la vez que recojan el concepto esencial de la diversidad.

«Todos somos como las flores de un jardín ―comentó―. Si todas las flores fueran del mismo color y forma, ese jardín sería monótono. Su belleza se realza gracias a las diferencias de color, forma y aroma.

»Si todos nos viéramos bajo este prisma, nuestras relaciones se transformarían. ¿Por qué habrían de estar en conflicto las flores de un jardín?».

Como parte del programa, los asistentes visitaron en grupo los diferentes lugares de culto asociados a cada fe para proseguir sus conversaciones y orar juntos por el futuro de su sociedad.

En sus reflexiones durante la clausura de la conferencia, Almaz Abdurahmanova, otra participante y representante de los bahá’ís de Oğuz, declaró: «Si bien en Azerbaiyán se valora la convivencia, las visitas en grupo a diferentes espacios religiosos rompieron muchas barreras y contribuyeron en gran medida a fortalecer la confianza».

La conferencia, que recibió una amplia cobertura nacional, ha suscitado un gran interés entre los asistentes por la celebración de futuros foros para estudiar cuestiones relacionadas con el fomento de una identidad inclusiva.