CIB: Se promueve el principio de unidad en la asociación africana-europea

11 de mayo de 2022

BRUSELAS — En los últimos dos años, la pandemia ha provocado un mayor reconocimiento a escala mundial de la interdependencia de las naciones, especialmente en sus relaciones económicas. Durante ese mismo periodo, la Comunidad Internacional Bahá’í (CIB) se ha esforzado en promover la comprensión de una realidad más profunda: que en su nivel más básico la humanidad es una.

Este ha sido el tema de la última [declaración](https://www.bic.org/statements/oneness-humanity-implications-africa-european-union-partnership de la CIB (en inglés) con el título La unidad de la humanidad: Implicaciones para la colaboración entre la Unión Europea y África, que elaboraron conjuntamente las Oficinas de la CIB en Addis Abeba y en Bruselas, con motivo de la 6ª Cumbre entre la Unión Europea y la Unión Africana, celebrada en Bruselas.

Solomon Belay, de la Oficina de Addis Abeba, declara: «La cumbre brindó una oportunidad para presentar a los dirigentes de la Unión Europea puntos de vista claves que se han generado en los numerosos diálogos de la Comunidad Internacional Bahá’í con funcionarios gubernamentales, responsables políticos, dirigentes religiosos y organizaciones de la sociedad civil sobre una serie de temas que la CIB ha analizado en los últimos años, entre ellos la gobernanza mundial, las migraciones, el cambio climático, la agricultura y la seguridad alimentaria. Ofreceremos estas mismas ideas a los dirigentes de la Unión Africana».

El doctor Belay explica que la importancia de las relaciones entre la Unión Africana y la Unión Europea nace del hecho de que los dos continentes están interrelacionados social y económicamente. «Las relaciones actuales deben evolucionar hacia relaciones que se basen en la promoción del bienestar de todas las personas de ambos continentes y más allá. Ello exige apoyo y confianza mutuos», afirma.

La Comunidad Internacional Bahá’í recoge en su declaración que, si bien son muchas las personas que coinciden con la idea de que el progreso, la prosperidad y el bienestar de un continente están inseparablemente unidos al bienestar del otro, «la actual estructura del orden mundial no da cabida a la plena expresión [del principio de unidad] .

La declaración prosigue así: «Muchos sistemas políticos y socioeconómicos actuales se crearon en un tiempo en el que la supremacía de una región del mundo sobre las demás era defendida como un hecho básico. Si bien en las últimas décadas se han hecho esfuerzos para superar algunas de las expresiones más flagrantes de este supuesto, persisten de manera obstinada ciertos modelos de desigualdad refractarios al cambio.

Rachel Bayani, de la Oficina de Bruselas, explica que remodelar las estructuras y las relaciones internacionales conforme al principio de la unidad de la humanidad es una tarea formidable que exigirá un esfuerzo continuado durante generaciones. «La declaración proporciona una serie de sugerencias prácticas para progresar hacia esta meta. Lo primero es dar una atención esmerada al impacto que tienen las políticas europeas en todos los segmentos de la sociedad en África, Europa y en todo el mundo», afirma.

Y prosigue: «Otra sugerencia es la creación de ciertos espacios estructurados para que los agentes sociales africanos y europeos de diferentes niveles de la sociedad participen en un proceso consultivo que trascienda las negociaciones de carácter meramente transaccionales y que no abogue por soluciones preconcebidas y predeterminadas».

La declaración de las Oficinas de Bruselas y Addis Abeba se basa en los esfuerzos continuados de la CIB para contribuir al diálogo sobre gobernanza mundial y en las ideas enfatizadas en la declaración Una gobernanza digna: La humanidad y el camino hacia un orden mundial justo.