Agricultores, ingenieros agrónomos y responsables políticos apelan al jefe del Poder Judicial y al ministro de Agricultura de Irán

26 de febrero de 2021
Agricultores así como ingenieros agrónomos y responsables políticos de distintos países se han unido en un clamor creciente por el embargo de las tierras propiedad de agricultores bahá’ís.

SÍDNEY — Agricultores así como ingenieros agrónomos y responsables políticos de Australia, África y Norteamérica se han unido en un clamor mundial ante la injusta confiscación de tierras propiedad de los campesinos bahá’ís de Irán, mientras las autoridades iraníes se enfrentan a una oleada de críticas por su persecución generalizada y sistemática de los bahá’ís de ese país.

En una carta abierta al jefe del Poder Judicial iraní, Ebrahim Raisi, y al ministro de Agricultura en funciones, Abbas Keshavarz, destacadas figuras del ámbito de la agricultura de varios países del mundo, entre ellos Canadá, Etiopía, Mali y Estados Unidos, dicen que alzan la voz motivados por «la preocupación ante la dramática situación de los pequeños agricultores de todo el mundo que con frecuencia se han de enfrentar a las tropelías de una autoridad abusiva.

En una carta abierta  al jefe del Poder Judicial de Irán Ebrahim Raisi y al ministro de Justicia en funciones Abbas Keshavarz, destacadas figuras del ámbito de la agricultura de varios países del mundo, entre ellos Canadá, Etiopía, Mali y Estados Unidos, dicen que alzan la voz motivados por «la preocupación ante la dramática situación de los pequeños agricultores de todo el mundo que  con frecuencia se han de enfrentar a las tropelías de una autoridad abusiva». Presentación
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En una carta abierta al jefe del Poder Judicial de Irán Ebrahim Raisi y al ministro de Justicia en funciones Abbas Keshavarz, destacadas figuras del ámbito de la agricultura de varios países del mundo, entre ellos Canadá, Etiopía, Mali y Estados Unidos, dicen que alzan la voz motivados por «la preocupación ante la dramática situación de los pequeños agricultores de todo el mundo que con frecuencia se han de enfrentar a las tropelías de una autoridad abusiva».

»Estas recientes incautaciones de tierras se producen en un contexto de escalada de los saqueos a los hogares y negocios propiedad de bahá’ís en Irán», declaran en la carta expresando su alarma por la última fase de la persecución en curso contra los bahá’ís de Ivel, quienes han sido desplazados y arruinados económicamente por las autoridades iraníes en base únicamente a sus creencias religiosas.

En la carta abierta se afirma: «Sabemos que las familias bahá’ís han cultivado la tierra en Ivel desde hace más de 150 años y que han sido miembros constructivos de la comunidad local con ejemplos como la fundación de una escuela para niños de todas las creencias y la puesta en práctica de medidas para mejorar la higiene y la salud de todos los miembros de la comunidad.

»A pesar de sus aportaciones a la comunidad ―prosigue la carta―, se han enfrentado a lo largo de los años a una serie de persecuciones caracterizadas por las expulsiones y los desplazamientos masivos así como la confiscación, demolición y arrasamiento de sus hogares».

Los firmantes piden al jefe del Poder Judicial Raisi y al ministro de agricultura Keshavarz que pongan fin a la persecución de los bahá’ís: «Les escribimos como compañeros agrícolas para llamar la atención sobre este caso de persecución e instamos a las autoridades iraníes a revocar su decisión con respecto a los agricultores de Ivel».

Mientras, en Australia, un conmovedor mensaje de vídeo publicado en nombre de los miembros de la comunidad de agricultores del país llama la atención sobre el drama de las familias bahá’ís del pueblo iraní de Ivel.

«La agricultura es un trabajo arduo en el mejor de los casos —declara en su mensaje Claire Booth, granjera de Nueva Gales del Sur—, y su dureza no puede atenuarse a causa de la frecuencia de inundaciones, sequías, incendios, el cambio climático y últimamente el impacto de la pandemia».

En el mensaje de vídeo se describe el papel de un Gobierno solidario que apoya a sus comunidades agrarias, lo que contrasta duramente con el trato hostil que Irán depara a la «pacífica comunidad bahá’í» del país.

«Nos solidarizamos con nuestros hermanos y hermanas agricultores de ese país y pedimos al Gobierno iraní y a su sistema judicial que devuelvan las tierras y las propiedades a sus legítimos propietarios: los campesinos bahá’ís de Ivel».