CENTRO MUNDIAL BAHÁ’Í — En el jardín de un edificio histórico en la calle Haparsim en Haifa se reunieron ciento cuarenta personas de las diversas poblaciones y comunidades religiosas de la ciudad para conmemorar el centenario del edificio, en una celebración que simbolizó el espíritu de unidad que desde tiempo atrás caracteriza a esta ciudad. Vecinos, artistas, representantes de la sociedad civil, dirigentes religiosos y autoridades se reunieron en un ambiente de amistad que trascendió las fronteras que a veces se crean entre diferentes segmentos de la sociedad.
En su alocución inaugural, Ariane Sabet, vicesecretaria general de la Comunidad Internacional Bahá’í, indicó que la reunión se proyectó no solo como un acto de conmemoración, sino como una expresión viva de los principios que guían las actividades de la comunidad bahá’í en pro del bien común.
David Rutstein, secretario general de la Comunidad Internacional Bahá’í, señaló que este tipo de encuentros sirve de invitación para llevar «alegría y felicidad a todos y todas», en referencia a la cita de ‘Abdu’l-Bahá que reza así: «Dejad que vuestro corazón se encienda con amorosa bondad hacia todos los que se crucen en vuestro camino».
En su intervención, Shervin Setareh, también vicesecretario general de la Comunidad Internacional Bahá’í, declaró: «Si estuvieseis en mi lugar, veríais un microcosmos de Haifa […]. Sois cada uno de vosotros lo que hace que Haifa sea tan especial».
El alcalde Yona Yahav manifestó su agradecimiento por el modo en que el compromiso de la comunidad bahá’í con la unidad ha enriquecido el carácter de la ciudad y ha contribuido a su bienestar. Afirmó: «Encaja con el carácter de esta ciudad, con el paisaje y añade un valor enorme».
En entrevistas con el Servicio de Noticias, los participantes compartieron sus impresiones sobre el encuentro. Señalaron que el ambiente se vio realzado por la participación de voluntarios que prestan servicios en el Centro Mundial Bahá’í procedentes de diferentes partes del mundo.
El arzobispo Yousef Matta, de la Iglesia greco-católica melquita, señaló que ver «este maravilloso mosaico de personas de todo el mundo» da prueba de que «todos llevamos un solo mensaje: el mensaje de la vida, de la dignidad humana y de la paz verdadera para todas las personas sobre este planeta».
Letticia De Torre, del Movimiento de los Focolares, habló de la importancia de crear espacios sociales en los que las personas puedan experimentar paz y amor. «Mirando a todas las personas que han venido hoy, he visto una felicidad auténtica. Las personas han tenido la oportunidad de experimentar, aunque sea por poco tiempo, cómo podría llegar a ser el mundo si viviésemos verdaderamente en paz».
La profesora Aliza Shenhar, presidenta de la Asociación de Historia de Haifa, que creció cerca de los jardines bahá’ís del Monte Carmelo, comentó sobre el espíritu de la celebración: «Es un placer ver a personas tan diferentes, de diversos colores, con diferentes puntos de vista conviviendo en paz. Es el lugar más pacífico de Haifa, aquí y en los lugares sagrados bahá’ís».
El encuentro fue el primero de lo que se convertirá en una reunión anual en Haifa, que complementará otras reuniones bahá’ís que han acogido a personas de todos los estamentos de Jerusalén y ‘Akká en un espíritu compartido de amabilidad y amistad.