Aprendizajes del terreno: En un nuevo podcast se analiza la aportación de los bahá’ís de Irán a la sociedad
Aprendizajes del terreno: En un nuevo podcast se analiza la aportación de los bahá’ís de Irán a la sociedad
La historiadora Mina Yazdani analiza la forma en la que la comunidad bahá’í de Irán, a pesar de su persecución, ha contribuido al progreso social a través de la educación, la sanidad y la agricultura.
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CENTRO MUNDIAL BAHÁ’Í — En el último episodio de podcast del Servicio Mundial de Noticias Bahá’ís, Mina Yazdani (profesora de historia en la Universidad de Kentucky Oriental de los Estados Unidos) analiza la importante aportación de la comunidad bahá’í de Irán a su sociedad.
Yazdani compartió algunos relatos de estas aportaciones en diversos campos como la sanidad, la agricultura y la educación.
Explicó que los bahá’ís de Irán, pese a la implacable persecución que soportan, han sido la personificación de la resiliencia constructiva y han mantenido sus esfuerzos de servicio a las necesidades de su sociedad desde su nacimiento a mediados del siglo XIX.
Entre estas labores, Yazdani destacó la práctica del diálogo y toma de decisiones colectiva por parte de la comunidad bahá’í, refiriéndose a su impacto durante el período de la revolución constitucional de Irán, que tuvo lugar a principios del siglo XX.
Afirmó que: «Esto, por supuesto, tendría un efecto sobre la comunidad en general en términos de exponerla a la idea de que existe el derecho a elegir a quienes servirán a la comunidad en su conjunto».
Yazdani recordó la implicación directa de ‘Abdu’l-Bahá en la promoción de la agrícultura en Irán. Esta implicación tuvo como origen las enseñanzas bahá’ís, que destacan el papel del agricultor como «el primer agente activo de la sociedad humana».
Explicó que ‘Abdu’l-Bahá animó a los bahá’ís de Irán a cultivar té, de manera que el país no tuviera que depender tanto de su importación . «Quiso manifiestamente que los bahá’ís de Irán se esforzasen al máximo para mejorar el país en todos los aspectos».
Los proyectos innovadores de los bahá’ís en materia de salud pública y las iniciativas sanitarias también son dignas de mención. Estas labores no solo atendían las necesidades materiales inmediatas de las personas, sino que introdujeron ideas novedosas para la época, como la instalación de duchas en los tradicionales baños públicos iraníes.
Antes de ello, estos baños públicos constituían focos de infecciones y enfermedades, ya que el agua no se cambiaba con frecuencia. En contraste con otros baños públicos, los que los bahá’ís abrieron, más limpios, estaban abiertos a todo el mundo, independientemente de su afiliación religiosa (una iniciativa que benefició a todos los miembros de la sociedad).
La doctora Yazdani también recordó el compromiso de la comunidad bahá’í con el principio de la igualdad de mujeres y hombres, que ha desafiado las normas sociales imperantes. Ofreció un ejemplo de la capacidad de las mujeres tanto en la esfera privada como en la pública.
«Desde bien pronto, los bahá’ís aplicaron el principio de la igualdad de derechos de hombres y mujeres en sus vidas privadas, sociales y administrativas. Los derechos de las mujeres, por ejemplo, en el matrimonio, se basan todos en la igualdad de mujeres y hombres».
Yazdani describió el proceso por el que aparecieron las primeras escuelas bahá’ís en un pequeño pueblo llamado Mahfuruzak en Mazindarán, donde un líder religioso de la localidad que había abrazado la Fe bahá’í abrió escuelas tanto para niñas como para niños. A pesar de la oposición que finalmente llevó a su encarcelamiento y ejecución, esta iniciativa desencadenó un movimiento educativo transformador en todo Irán.
Estas escuelas se distinguían por su enfoque, que integraba la educación moral y la académica a la vez que se enfatizaba el principio de igualdad entre mujeres y hombres. Yazdani detalló varios ejemplos de lo adelantadas que fueron estas escuelas por sus enfoques: «El castigo físico en las escuelas […] era algo normal en la época, […] pero en las escuelas bahá’ís no lo practicaban. Y además, las escuelas mixtas eran prácticamente inexistentes. Durante algún tiempo, allí donde las condiciones lo hicieron posible, las escuelas bahá’ís fueron coeducativas».
Relató un ejemplo especialmente evocador de los años treinta del siglo pasado: «El director de la escuela de Abadeh, que además era profesor, […] solía tocar el sitar […] al inicio de la jornada escolar y los estudiantes cantaban con él. […] Dada la época y la situación, el contraste entre lo que los niños experimentaban en aquella escuela en comparación con la sociedad en general era impresionante».