CIB Nueva York: El compromiso de las mujeres en redefinir las tecnologías digitales
CIB NUEVA YORK — Los cambios acelerados en la situación mundial han dado pie a una profunda conciencia de la interconexión de la humanidad y, con ella, a una mayor dependencia de las tecnologías digitales. Este hecho ha conducido a una mayor exclusión y a la marginalización de numerosas mujeres, entre ellas las que no tienen acceso a esas tecnologías ni la posibilidad de decidir cómo impactarán en sus comunidades.
Esta constatación se encuentra en el fondo de una nueva declaración de la Oficina de la Comunidad Internacional Bahá’í en Nueva York, que forma parte de su aportación al 67º periodo de sesiones de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, que se celebrará en marzo.
La declaración, con el título Valores en la innovación: El compromiso de las mujeres en redefinir las tecnologías digitales, analiza por qué es esencial integrar puntos de vista diferentes, especialmente los de las mujeres, en el proceso de diseño y distribución de las tecnologías digitales.
«Para ampliar la participación de las mujeres será necesario en última instancia reconocer que la variedad de puntos de vista constituye un requisito previo para construir un futuro en consonancia con todo el conjunto de la experiencia humana», afirma la Comunidad Internacional Bahá’í.
Y añade: «Sin embargo, una representación equitativa, lejos de ser un fin en sí misma, sirve además como la condición que permite que los patrones dominantes de competición y de desigualdad den paso a la colaboración, la investigación colectiva y la preocupación por el bien común».
Una idea central propuesta en la declaración es que las tecnologías digitales no son neutras en cuanto a los valores ya que pueden perpetuar o resolver las desigualdades existentes dependiendo de cómo se diseñen y se apliquen.
La Comunidad Internacional Bahá’í explica que numerosas tecnologías se diseñan con nociones distorsionadas sobre la naturaleza humana, la identidad, el progreso y el propósito, y es frecuente que se sustenten en valores materialistas. Por lo tanto, es imprescindible un examen sincero de los valores y de las intenciones que subyacen en los procesos de innovación si se quiere que las herramientas digitales promuevan una sociedad más justa e igualitaria.
Saphira Rameshfar, representante de la CIB, declara: «Los avances en las tecnologías digitales poseen el potencial de realzar sobremanera la capacidad humana y conectar a las comunidades, lo que permite que las personas realicen tareas y accedan a información a la que anteriormente era difícil o imposible acceder. No obstante, ello acarrea importantes implicaciones morales que deben tenerse en cuenta.
Y añade: «Por ejemplo, ¿cómo pueden tenerse en cuenta desde el principio los puntos de vista de las comunidades, especialmente de las mujeres, incorporándolas a los diálogos que identifican los valores y las prioridades pertinentes dentro de sus contextos locales?»
La cuestión del progreso tecnológico es uno de los temas que la Oficina de la Comunidad Internacional Bahá’í en Nueva York analizará en la próxima Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, entre ellos la gobernanza y la redefinición de conceptos como el poder, la cohesión social y el papel de las jóvenes en la transformación colectiva.