«Irradiando paz y esperanza»: El templo bahá’í de Panamá celebra su 50 aniversario
CIUDAD DE PANAMÁ — Desde la cumbre del Cerro Sonsonate —que significa «la colina de las canciones dulces» en un dialecto autóctono regional— se yergue la Casa de Adoración Bahá’í de la Ciudad de Panamá, un lugar al que acuden personas de todas las procedencias para orar y hallar inspiración para servir a su sociedad.
Los bahá’ís de Panamá organizaron una ceremonia para celebrar el 50 aniversario de la inauguración de ese templo, que convocó no solo a los residentes de los alrededores sino también a autoridades gubernamentales, al alcalde del distrito, a dirigentes indígenas y a diversas comunidades religiosas, así como a representantes de las instituciones bahá’ís.
«Esta Casa de Adoración ejerce un papel muy destacado para sanar vidas y promover el amor entre los vecinos. Animo a los bahá’ís a que mantengan sus esfuerzos por promover una mayor unidad en nuestra sociedad», afirmó Hector Carrasquilla, el alcalde del distrito.
Carrasquilla obsequió a la secretaria de la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de Panamá, Yolanda Rodríguez, la llave simbólica de la ciudad como muestra de confianza y amistad.
El rabino Gustavo Kraselnik envió un mensaje a la reunión, en el que declaraba: «Ojalá que el templo sea siempre un lugar de encuentro para el diálogo y que su espiritualidad siga irradiando paz y esperanza a todo Panamá».
Con la vista puesta en el futuro, la Sra. Rodríguez explica que la ceremonia en la que participaron diversos miembros de la sociedad, fue un reflejo del poder unificador del templo en los últimos cincuenta años y un signo de su creciente impacto en la vida espiritual de las comunidades cercanas y más allá.
En palabras suyas: «La Casa de Adoración es descrita en los Escritos bahá’ís como el Mashriqu’l-Adhkár, o Lugar del Amanecer de la Alabanza de Dios. Cuando las personas acuden a orar al templo de Panamá, encuentran claridad, esperanza y motivación para servir a sus conciudadanos».