CIB Nueva York: El foro destaca el papel crucial de las mujeres en la acción climática
CIB NUEVA YORK — La Oficina en Nueva York de la Comunidad Internacional Bahá’í (CIB) reunió recientemente a representantes de los Estados miembros, de agencias de las Naciones Unidas y a agentes de la sociedad civil y de las oficinas bahá’ís de asuntos externos de todo el mundo para analizar la posición singular de las mujeres para liderar las respuestas a la crisis climáticas.
Saphira Rameshfar, representante de la CIB, explicó que el foro se centró en las ideas presentadas en la Declaración recién publicada por la CIB El corazón de la resiliencia: las crisis climáticas como catalizador de una cultura de la igualdad.
«La reunión pretendió llevar a la práctica los conceptos y temas recogidos en la declaración. Permitió a numerosos agentes sociales de todo el mundo aprender de las experiencias de los demás a la luz de las ideas contenidas en la declaración», afirmó Rameshfar.
Un punto clave de la declaración de la CIB y una de las principales conclusiones de la reunión es que, en un contexto de crecientes riesgos climáticos, la humanidad se beneficia cuando se adopta y promueve el liderazgo de las mujeres en todos los ámbitos sociales.
Kate Wilson, en representación de la Misión Permanente de Santa Lucía para la ONU, trató la necesidad crucial de incorporar a un mayor número de mujeres en los espacios de toma de decisiones sobre la crisis climática, porque se ven afectadas de forma desproporcionada y han debido ingeniárselas para solucionar los desafíos locales.
«Las mujeres son las madres de sus respectivos países. Cuando sus hijos tienen hambre, encuentran maneras de ayudarles a sobrevivir. Las mujeres buscan soluciones continuamente», afirmó citando ejemplos de mujeres en el Caribe que intentan reducir la dependencia de las infraestructuras, que con frecuencia se ven afectadas por los desastres naturales, y adoptan tecnologías basadas en las fuentes de energía renovables.
Otra participante, Iadalia Morales-Scimeca, del Comité de Acción Social de los Bahá’ís de Puerto Rico, afirmó que en los últimos años las mujeres han realizado aportaciones importantes a la agricultura sostenible de Puerto Rico, un país que importa el 85 % de sus alimentos. «Uno de los efectos de los dos huracanes, los terremotos y la pandemia ha sido que, como comunidad nacional, nos hemos dado cuenta de nuestra dependencia alimentaria del exterior, a pesar de que nuestra tierra es muy fértil».
Explicó que esta toma de conciencia ha impulsado a los jóvenes, y en especial a las mujeres, a involucrarse en la producción de alimentos y en el desarrollo de redes agrícolas para aumentar la cantidad de alimentos producidos a nivel local. «Aunque todo el mundo quería ofrecernos ayuda durante los huracanes, no había forma de conseguir alimentos, y hemos visto que esto es exactamente lo mismo que ha sucedido en Tonga».
Rameshfar añadió que «será necesario actuar en al menos dos frentes para garantizar el pleno aprovechamiento del potencial de las mujeres: incrementar la presencia de las mujeres en puestos de liderazgo y crear las condiciones para que las mujeres puedan participar más activamente en la vida comunitaria».
En relación con este tema, Saeeda Rizvi, de la ONG «CSW Líderes Juveniles y Jóvenes Profesionales», explicó que es necesario redefinir los arraigados conceptos tradicionales del liderazgo. «[El liderazgo] en la actualidad está firmemente asentado en la idea de lo que se entiende por masculino ―comentó―. En muchos aspectos, se trata de lo que define a un líder fuerte frente a otro débil. Los puntos fuertes de las mujeres, como su flexibilidad y mayor empatía, deben ser reivindicados como cualidades de un líder fuerte».
Suzan Karaman de la Oficina Bahá’í de Asuntos Externos de Turquía, refiriéndose a la declaración de la CIB, destacó algunas de las cualidades típicamente asociadas a lo femenino que son esenciales para el liderazgo, como la «inclinación a la colaboración y la inclusión, una disposición hacia el cuidado y el altruismo, la tendencia a priorizar los intereses a largo plazo y a considerar el bienestar de las futuras generaciones.
El foro de debate formó parte de la aportación continua de la Oficina de la CIB en Nueva York al diálogo sobre la igualdad de mujeres y hombres y se convocó como acto complementario al 66º periodo de sesiones de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer.