En Canadá, un nuevo comité parlamentario examina el papel de la religión en la sociedad
OTAWA, Canadá — En un diálogo poco habitual sobre el papel de la religión en la gobernanza, diputados canadienses y representantes de las comunidades religiosas del país celebraron recientemente el encuentro inaugural de la Comisión Parlamentaria Mixta Interconfesional, un nuevo espacio para indagar en aquellos principios y conceptos de la religión que contribuyan a comprender los desafíos que afronta el país.
Mobina Jaffer, miembro del Senado canadiense, declaró: «Creo que la religión define quiénes somos y qué valoramos, y que la democracia, que es un vehículo por el que producimos el cambio, se guía con frecuencia por estos valores».
El comité mixto (en inglés), de reciente creación, está abierto a los miembros electos de la Cámara de los Comunes y a los senadores por designación y se organiza con el apoyo del Diálogo Interreligioso Canadiense (CIC en inglés), del que forma parte la Comunidad Bahá’í de Canadá.
Geoffrey Cameron de la Oficina Bahá’í de Asuntos Públicos de Canadá comentó: «La pandemia ha creado nuevas fórmulas de diálogo entre el Gobierno y las comunidades religiosas. Ha hecho que los dirigentes sean más conscientes del importante papel que sigue desempeñando la religión a la hora de inspirar a las personas a servir a su sociedad».
Stockwell Day, exdiputado y exministro del gabinete, se refirió al poder de la religión para dar consuelo y esperanza, especialmente en tiempos de crisis. «La noción misma de religión nos ofrece la idea de que existen ciertos límites para un dirigente, de que debería haber un mayor sentido de humildad ante la posibilidad de que haya una fuerza mayor que él o ella, o que el grupo con el que se asocian».
A ello añadió: «Si los individuos poseen un sentido religioso ―de que existe algo más grande que ellos mismos―, este les aporta un sentimiento de tranquilidad.
E imaginemos esto mismo repetido en millones de ciudadanos dentro de un contexto político, quienes en un porcentaje importante crean que existe un poder divino ahí fuera, y vivan con un mayor sentido de respeto y, es de esperar, de amor hacia los demás».
Los participantes subrayaron que, más allá de la inspiración personal, la religión puede realizar importantes aportaciones al proceso de elaboración de políticas.
El diputado Garnett Genuis comentó: «Existen dos conceptos que son de suprema importancia en la religión: uno es el amor y otro es la verdad. Y estos dos conceptos han de ir de la mano. Si tienes amor, pero no tienes sentido de la verdad […] no entiendes lo que está pasando de verdad ni cuáles son las necesidades reales de las personas. Si tienes un sentido de búsqueda de la verdad, pero no hay amor en el proceso, esto es claramente insuficiente […] Por amor se entiende estar dispuesto a combatir una grave injusticia».
En su entrevista con este Servicio de Noticias sobre el futuro de la comisión mixta interconfesional, el doctor Cameron de la Oficina Bahá’í de Asuntos Públicos declaró: « Hay una necesidad de fomentar nuevas relaciones entre los legisladores y las comunidades religiosas y enmarcar los diálogos de tal forma que la gente pueda progresar colectivamente en su pensamiento, explorando líneas de investigación productivas, en lugar de enfocar cada problema como una elección entre dos alternativas».
Y añadió: «En la base de las aportaciones de la Oficina al discurso sobre el papel de la religión en la sociedad se encuentra el principio bahá’í de la unidad esencial de la humanidad. Esta comisión, aunque se encuentra en sus primeros pasos, supone una expresión de dicho principio y un ejemplo de mayor unidad social».