Cuestionando los modos actuales de pensamiento y acción: el Parlamento Europeo mira hacia el futuro

12 de mayo de 2019
El lunes, cerca de 50 personas asistieron a un foro sobre religión y sociedad europea, organizado conjuntamente por la CIB, el Parlamento Europeo y la Universidad de Groninga, Países Bajos.

BRUSELAS — La Comunidad Internacional Bahá'í (CIB) está buscando un nuevo tipo de diálogo en el mundo, uno más consultivo, unificador e inclusivo, del que puedan surgir nuevos enfoques y nuevas ideas. En el marco de las Naciones Unidas y de numerosas organizaciones regionales, esta búsqueda conduce a avances prometedores.

«No es realista abordar los problemas a los que se enfrentan actualmente Europa y la humanidad sin tratar de superar los patrones de pensamiento fragmentado que a menudo caracterizan el discurso público. Por difícil que parezca, tendremos que comenzar a conformar una visión colectiva del futuro de nuestra sociedad», declaró la representante de la oficina de Bruselas de la CIB, Rachel Bayani, el lunes durante un evento organizado conjuntamente por la CIB, el Parlamento Europeo y la Universidad de Groningen.

«Hoy en día, ya sea en Europa o en el mundo en general, el discurso sobre el papel de la religión es una de las áreas de fragmentación en el pensamiento, –afirmó la Sra. Bayani en los comentarios iniciales–. El desafío es crear un diálogo significativo donde todos nos tomemos el tiempo para cuestionar nuestros propios paradigmas, patrones de pensamiento y supuestos para crear un discurso matizado, informado y desapasionado sobre el papel de la religión en la sociedad europea».

El debate de la mesa redonda trató de estimular una exploración del cambiante panorama religioso de Europa y un replanteamiento del papel de la religión para ayudar a las sociedades europeas a enfrentar sus diversos desafíos contemporáneos. Asistieron unos 50 políticos, profesionales e investigadores.

El debate de la mesa redonda trató de estimular una exploración del cambiante panorama religioso de Europa y un replanteamiento del papel de la religión para ayudar a las sociedades europeas a enfrentar sus diversos desafíos contemporáneos. Presentación
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El debate de la mesa redonda trató de estimular una exploración del cambiante panorama religioso de Europa y un replanteamiento del papel de la religión para ayudar a las sociedades europeas a enfrentar sus diversos desafíos contemporáneos.

El evento se estructuró de manera que la presentación de un profesor universitario sobre un tema fuera seguida por una respuesta de un político europeo, que luego explorara las implicaciones y los desafíos que supone la aplicación de dicho tema. Se produjo una rica discusión tras cada presentación.

Este original evento forma parte del diálogo del artículo 17 entre el parlamento europeo y las organizaciones religiosas y filosóficas. Fue organizado bajo el patrocinio de Mairead McGuinness, vicepresidenta primera del Parlamento Europeo. Fearghas O'Beara, coordinador administrativo del diálogo del artículo 17 del Parlamento Europeo, asistió al foro.

El concepto de laicismo fue uno de los hilos principales del diálogo. Benjamin Schewel, profesor de la Universidad de Groningen, exploró varias definiciones y concepciones del secularismo. Por ejemplo, el laicismo puede significar la exclusión de todas las expresiones de fe en la esfera pública. Alternativamente, también puede ser una forma de proteger la diversidad de varios sistemas de creencias religiosos y no religiosos y su expresión pública. «La Unión Europea es una entidad política laica. Pero el significado exacto de esta secularidad no está fijado de forma definitiva», afirmó el Dr. Schewel, que es baha'i.

Evocó la metáfora de una carretera y de sus barreras de seguridad. «Las barreras no nos dicen en qué dirección construir el camino –explicó–. Del mismo modo, el laicismo puede proporcionar ciertos límites y garantías dentro de las sociedades europeas pero no puede responder por sí mismo a las preguntas más profundas acerca de hacia dónde se dirige la sociedad y qué tipo de sociedad queremos construir». Argumentó que la religión puede contribuir con ideas que respondan a estas preguntas más profundas así como con sus capacidades de construcción de la comunidad.

Entre otros temas discutidos se mencionaron el patrimonio religioso y la evolución del papel de los lugares de culto en Europa. Según explicaron Todd Weir, un profesor de la Facultad de Teología y Estudios Religiosos de la Universidad de Groningen, con las fluctuaciones en el tamaño de las congregaciones, las comunidades religiosas están buscando nuevos significados y funciones para las iglesias y sinagogas históricas.

Benjamin Schewel (a la derecha), de la Facultad de Teología y Estudios Religiosos de la Universidad de Groningen, habla mientras su colega Todd Weir escucha. Presentación
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Benjamin Schewel (a la derecha), de la Facultad de Teología y Estudios Religiosos de la Universidad de Groningen, habla mientras su colega Todd Weir escucha.

El evento también exploró la interconexión de la religión y el género, permitiendo una exploración matizada y reflexiva. Brenda Bartelink, también investigadora principal de la Universidad de Groningen, habló sobre la necesidad crítica de fomentar un diálogo en torno a la religión y el género que sea constructivo y no contencioso y que evite las dinámicas de polarización.

Liam Stephens, que es bahá'í, candidato a un doctorado del Departamento de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Vrije de Ámsterdam, habló sobre el papel de la religión en el fomento de la capacidad de resistencia a la radicalización. El Sr. Stephens señaló que la búsqueda del sentido de la vida es un factor que contribuye a la radicalización de los jóvenes. Afirmó que la religión sirve como una poderosa fuente de un propósito superior y altruista que motiva la acción constructiva en el interior de los individuos y de las comunidades. «Para una gran cantidad de la población mundial –indicó–, la religión ofrece una fuente de amor, esperanza, significado y solidaridad y de ayuda para superar la apatía y la desesperación».

Gracias a un diálogo abierto y exploratorio, los participantes se sintieron libres de la presión de tomar decisiones políticas inmediatas y muchos expresaron la esperanza de que esta original forma de debate pudiera repetirse.

Todos los presentes adquirieron la certeza de una idea: que todos los grupos humanos están buscando un significado y una visión del futuro. «Esta aspiración común es un poderoso punto de unidad», recogió la CIB.