Homenaje a una heroína de la emancipación de la mujer en Azerbaiyán

26 de julio de 2018
Esta escena muestra cuando Nasiri’d-Din Shah, el rey de Persia, se reunió con Táhirih, ofreciéndole casarse con ella si se retractaba de su fe. Táhirih rechazó la proposición con estos versos: «Reino, riqueza y poder para usted / Miseria, exilio y pérdida para mí / Si lo primero es bueno, es para usted / Si lo segundo es arduo, es para mí».

BAKÚ, Azerbaiyán — La heroína, bajo la mirada de admiración del rey persa, escucha su proposición. Mire lo que le ofreció: renuncie a su fe, despósese conmigo y disfrute de una vida de lujo como mi reina favorita.

El público, compuesto por 450 personas, observa esta escena con la respiración contenida.

Con gracia, sabiduría y valentía, Táhirih declina su ofrecimiento. Escoge a cambio dedicar su vida a una Causa destinada, según cree ella, a transformar el mundo.

El 8 de julio se estrenó Hija del Sol en el Teatro Nacional Académico Estatal de Arte Dramático de Azerbaiyán, una nueva obra de teatro sobre la vida de Táhirih, una influyente poeta, erudita y defensora de la emancipación de la mujer.

El estreno conmovió a artistas y público por igual.

Después de la obra, ante el público, Sayman Aruz, poeta y jefe del Departamento de Literatura Azerbaiyana de la Unión de Escritores de Azerbaiyán, declaró: «Táhirih es una heroína no solo de una religión sino de toda la humanidad. Vivió y murió por los valores divinos y espirituales para toda la humanidad. No tiene ningún paralelo en la historia de Oriente. Es la voz de la libertad para millones de personas».

La obra llega en un momento en que la sociedad azerbaiyana tiene cada vez más interés por la vida de Táhirih y le presta mayor atención.

En 2016 se ha traducido y publicado un libro sobre la vida y obra de Táhirih, lo cual ha catalizado el creciente interés entre el pueblo de Azerbaiyán por la vida de esta emblemática defensora de la emancipación de la mujer. Después de recibir información sobre Táhirih, la periodista Kamale Selim Muslimgizi se sintió tan inspirada que se comprometió a producir Hija del Sol. La Sra. Muslimgizi contrató a una treintena de estudiantes de una docena de universidades en Bakú para actuar en la obra.

«Táhirih vivió y murió por la causa de la verdad —declara la Sra. Muslimgizi—. Este proyecto cambió mi vida. Antes solo tenía ideales y sueños, pero ahora tengo el poder espiritual para hacer cambios. Táhirih me dio el valor para obrar en pro del bien común».

«Táhirih es una heroína no solo de una religión sino de toda la humanidad».


Sayman Aruz

Táhirih nació en una prominente familia religiosa a principios del siglo XIX en Qazvín, Irán. Mostró gran interés por asuntos que, en aquel momento, se consideraban fuera de la capacidad de las mujeres e inapropiados para ellas. A pesar de los obstáculos que se le presentaron, Táhirih se convirtió en una renombrada poeta y estudiosa cuya influencia, que se sintió profundamente en su época, no ha disminuido con el paso de un siglo y medio.

En 1844, Táhirih se convirtió en la primera mujer en aceptar las enseñanzas del Báb, el precursor de Bahá’u’lláh, y llegó a ser una de las principales figuras de un movimiento que se extendería por toda Persia y más allá, incorporando a sus filas decenas de miles de creyentes en el transcurso de unos pocos años.

El título de Táhirih, que significa la Pura, le fue dado por Bahá’u’lláh, con Quien tuvo un encuentro en la histórica Conferencia de Badasht.

Fue en esa importante conferencia que Táhirih se quitó el velo. Este acto se consideraba impensable en la Persia del siglo XIX, una sociedad patriarcal donde las mujeres tenían escaso papel en la esfera pública. Con este gesto histórico proclamó que había llegado la hora de la igualdad entre mujeres y hombres y que las enseñanzas del Báb significaban una ruptura con las tradiciones del pasado, un «impresionante toque de trompeta», como lo describió Shoghi Effendi.

Cuatro años más tarde, mientras el Gobierno persa emprendía su brutal persecución de los seguidores del Báb, Táhirih fue encarcelada en Teherán. Tras su negativa a retractarse de su fe, fue ejecutada, y sus últimas palabras resonaron a lo largo del siglo siguiente: «Puede darme muerte tan pronto como quiera, pero no puede detener la emancipación de las mujeres».

Un actor interpretando al primo de Táhirih. Este desempeñó un papel importante al darle a conocer los movimientos de pensamiento intelectuales y religiosos de la sociedad. En esta escena de la obra, habla con otros dos parientes de Táhirih. Presentación
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Un actor interpretando al primo de Táhirih. Este desempeñó un papel importante al darle a conocer los movimientos de pensamiento intelectuales y religiosos de la sociedad. En esta escena de la obra, habla con otros dos parientes de Táhirih.

En Hija del Sol se pone el acento sobre la inigualable valentía de Táhirih, una cualidad que ha influido en generaciones de personas. Nigar Aliyeva, la actriz principal que interpreta a Táhirih, explica:

«En la obra Táhirih dice: “Nací como Zarrin Taj pero he vivido como Táhirih”. Mientras interpretaba el papel de Táhirih sentí que yo había cambiado. Ya no soy la misma persona que antes. Ahora el estribillo de mi vida es: “Nací como Nigar pero viviré como Táhirih”».

En la representación, las escenas de la vida de Táhirih alternan con fragmentos de la narración y con la lectura de selecciones de su poesía.

Tras el espectáculo, un miembro del público comentó: «Me doy cuenta ahora hasta qué punto deberíamos ser valientes y alzar nuestras voces contra la opresión y la tiranía»,

Táhirih ha suscitado desde hace mucho tiempo el interés de los eruditos. Los orientalistas occidentales del siglo XIX escribieron sobre su influencia en la literatura y sobre la igualdad de género. En los últimos años, se han publicado numerosos artículos académicos y libros sobre ella y también se han traducido tres volúmenes de su poesía al inglés.

Además, diversos artistas han tratado de describir su importante influencia en la humanidad: dramaturgos, novelistas, músicos y cineastas que han creado obras inspiradas en su vida y su carácter.

Táhirih escribió en persa, árabe y azerí, una lengua muy hablada en Qazvín y sus alrededores. El azerí es también el idioma principal de Azerbaiyán.

La obra seguirá en cartelera en Bakú y se llevará a otras ciudades del país en los próximos meses.