Incluso en los momentos de pruebas extremas, cuando los miembros de la comunidad bahá’í de Yemen se vieron abocados al encarcelamiento, su respuesta no fue retirarse, sino salir al exterior: servir, unir y construir. Como declaraba un miembro de la comunidad: «No solo construimos mejores comunidades, alimentamos una visión de lo que Yemen puede llegar a ser. Es un futuro en el que toda persona, independientemente de su procedencia, puede contribuir al progreso social».