Casas de Adoración: Se anuncia la construcción de tres nuevos templos bahá’ís
CENTRO MUNDIAL BAHÁ’Í — La Casa Universal de Justicia ha anunciado los planes de construcción de tres nuevas Casas de Adoración bahá’ís, lo que supone un nuevo hito en la realización de la visión de estos edificios sagrados, que se alzan como símbolos de unidad y de vitalidad espiritual.
Se construirán dos Casas de Adoración nacionales, una en Brasilia (Brasil) y la otra en Lilongwe (Malawi), y otro templo local en Batouri (Camerún).
Estos proyectos llegan en un momento en que las comunidades de todo el mundo presencian el creciente impacto de las Casas de Adoración sobre la vida social y espiritual, con la reciente inauguración de la Casa de Adoración de Port Moresby (Papúa Nueva Guinea), junto con los proyectos en marcha para construir los templos de Bihar Sharif (India), Toronto (Canadá), Kanchanpur (Nepal) y Mwinilunga (Zambia).
Los Escritos bahá’ís se refieren a la Casa de Adoración como el Mashirqu’l-Adhkár, que significa «punto de amanecer de la alabanza a Dios». Estos templos bahá’ís representan una nueva concepción de los espacios de culto. Aunque funcionan como santuarios para la oración y la meditación, también son centros en los que la armonía entre la adoración y el servicio a la humanidad hallan una expresión práctica.
El acelerado desarrollo de las comunidades bahá’ís se refleja en la aparición de Casas de Adoración en diferentes partes del planeta. En esas comunidades, un floreciente espíritu de devoción, junto con las reuniones de oración, están fomentando la armonía social. Esos encuentros, combinados con los programas educativos que mejoran la capacidad de contribuir al bienestar de la humanidad, crean una interacción dinámica entre la adoración y el servicio a la sociedad.
Conforme este ritmo de adoración y de servicio se entrelaza en el tejido de la vida comunitaria, se produce una profunda transformación: personas que antes se veían como extraños comienzan a caminar juntos como amigos en un camino espiritual compartido. Mediante la experiencia de la oración y de la reflexión colectivas, los corazones intiman y se forjan lazos de sincera amistad que trascienden las antiguas barreras sociales. Lo que comienza como una sencilla reunión de oración se transforma en un espacio en el que las almas se conectan en su búsqueda común de sentido y propósito, en el que las esperanzas y desafíos de la comunidad se convierten en las preocupaciones de todos.
Con el tiempo, al ampliarse esta capacidad para el servicio, finalmente se llega a una etapa especial con la aparición de una Casa de Adoración. Estos edificios sagrados se convierten en puntos focales de niveles mayores de actividad que dan lugar a un desarrollo social, humanitario y educativo, promoviendo el bienestar de las poblaciones circundantes.