«Un faro de luz y esperanza»: Inauguración de la Casa de Adoración bahá’í de Papúa Nueva Guinea
PORT MORESBY, Papúa Nueva Guinea — Más de mil personas de toda Papúa Nueva Guinea (PNG) se reunieron en Port Moresby el sábado para la ceremonia de inauguración de la Casa de Adoración bahá’í nacional del país. El programa continuó el domingo, dando la bienvenida a otras tres mil personas que se unieron a la celebración de esa ocasión histórica.
El sábado, el programa contó con la intervención de Kessia Ruh, miembro del Cuerpo Continental de Consejeros de Australasia, a quien la Casa Universal de Justicia nombró su representante para el acto. Ruh leyó una carta de la Casa de Justicia dirigida a los asistentes, en la que se afirmaba: «Pureza de corazón, espiritualidad profunda y fe inquebrantable: estos atributos son inherentes al noble pueblo de Papúa Nueva Guinea [...] son los cimientos sobre los que se ha construido la Casa de Adoración».
En la carta, además, se afirmaba: «Este edificio físico, enclavado en las colinas de Port Moresby que dominan el mar del Coral, tiene un profundo significado espiritual. Al acoger a todos entre sus paredes, expresa la unidad del género humano y la unicidad de todas las religiones. Entrelaza a los diversos pueblos de esta gran nación, invitándolos a unirse en el servicio a la humanidad».
Entre los participantes en la ceremonia había funcionarios del Gobierno, dirigentes religiosos, miembros de la sociedad civil, representantes de instituciones bahá’ís locales y nacionales, y muchas otras personas de todo el país.
Confucius Ikoirere, secretario de la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de Papúa Nueva Guinea, se refirió a la importancia del templo. «Esta Casa de Adoración nacional es la coronación de todas las realizaciones del pasado, y un faro de luz y esperanza para el futuro».
Tony Lakame, otro miembro de la Asamblea Nacional, refiriéndose a la estructura del edificio central, dijo que «cada componente representa una historia de amor, sacrificio y perseverancia».
El gobernador del Distrito de la Capital Nacional, Powes Parkop, destacó el poder unificador de la Casa de Adoración en una tierra enriquecida con diversos grupos étnicos.
«La Casa de Adoración no es solo una estructura física. Es un faro de luz que invita a todos a reunirse en oración, reflexión y armonía. Somos muchos, pero somos uno», afirmó.
El gobernador Parkop añadió: «Sin paz no podemos tener un país próspero. [...] Nuestra nación será más grande; nuestro pueblo prosperará cuando abracemos esta virtud fundamental que es la piedra angular de todas las religiones.
«Debemos tratar de fundir toda esta diversidad en una ciudad pacífica, habitable y próspera que sea el faro de luz de una nación de mil tribus».
Rusa Kenioriana, una joven que viajó desde las Islas Salomón para participar en la ceremonia de inauguración, declaró: «Ha sido una gran recompensa presenciar la apertura de la Casa de Adoración bahá’í».
«Este espacio sagrado es fruto de los abnegados esfuerzos del pueblo de Papúa Nueva Guinea, que tiene un espíritu de devoción en sus hogares, en el seno de sus familias y en todas sus comunidades. Sus actividades colectivas han propiciado el surgimiento de la Casa de Adoración».
A continuación se ofrece una muestra representativa de la ceremonia de dedicación del sábado, así como escenas de la reunión del domingo.
Participaron en la ceremonia funcionarios del Gobierno, dirigentes religiosos, miembros de la sociedad civil, representantes de instituciones bahá’ís locales y nacionales y muchas otras personas de todo el país.
La ceremonia incorporó un programa religioso en los terrenos del templo.
Lakame destacó cómo cada parte del templo «representa una historia de amor, sacrificio y perseverancia».
En su discurso, Ikoirere afirmó que el templo es un «faro de luz y esperanza para el futuro».
Personas de todas las procedencias se unieron para celebrar la inauguración de la Casa de Adoración Bahá’í nacional de Papúa Nueva Guinea.
Henry Lape, miembro del equipo de arquitectos, habló de la colaboración para crear un diseño que encarna el principio bahá’í de unidad en la diversidad.
El gobernador del Distrito Nacional de la Capital, Powes Parkop, destacó el poder unificador de la Casa de Adoración en su discurso durante la ceremonia.
La Sra. Ruh, representante de la Casa Universal de Justicia en el acto, leyó el mensaje dirigido a los asistentes. La carta concluye así: «¡Alegrémonos todos! Este es el momento en que convergen la fe, la esperanza y el propósito común. Que los himnos de alabanza que se alcen en este espacio sagrado hagan que sus espíritus se remonten y atraigan bendiciones sobre todos los que se reúnan en él».
De izquierda a derecha: el Honorable Powes Parkop, gobernador del Distrito de la Capital Nacional, y el cardenal Sir John Ribat, se acercan al templo
Los asistentes a la ceremonia de dedicación se dirigen al templo
El símbolo sagrado bahá’í conocido como el Más Grande Nombre se ha colocado en el vértice de la cúpula del templo. El Más Grande Nombre es una representación caligráfica de la invocación «Oh Gloria del Todoglorioso».
Vista del interior de la Casa de Adoración
Los asistentes se sientan en el interior de la Casa de Adoración para su primer programa religioso consistente en oraciones y Escritos bahá’ís.
El programa religioso en el interior del templo incorporó una interpretación coral de oraciones y Escritos bahá’ís musicalizados.
Vista aérea de los participantes en la ceremonia de inauguración reunidos en el exterior del templo
El domingo, unas tres mil personas se reunieron para celebrar la histórica apertura de la Casa de Adoración bahá’í nacional de Papúa Nueva Guinea, en el segundo día del programa de inauguración.
Rodney Hancock, que llegó a Papúa Nueva Guinea en 1954 procedente de Nueva Zelanda y fue una de las dos personas que introdujeron la Fe bahá’í en Papúa Nueva Guinea, dirigió unas palabras a los asistentes.
El programa del domingo contó con actuaciones artísticas y culturales de comunidades de todo el país. Arriba a la izquierda: una presentación de la comunidad de Madina, donde se formó la primera Asamblea Espiritual Local de los Bahá’ís del país.
Participantes en la reunión del domingo
La Casa de Adoración iluminada por la noche
La Casa de Adoración bahá’í de Port Moresby (Papúa Nueva Guinea) es un faro de luz y esperanza.