Emiratos Árabes Unidos: Los jóvenes cultivan el espíritu comunitario en un nuevo jardín
AJMÁN, Emiratos Árabes Unidos — En Ajmán, se consolida una iniciativa vecinal transformadora. Un grupo de jóvenes, inspirados por su participación en programas bahá’ís de educación moral, han convertido un terreno antes infrautilizado en un floreciente huerto comunitario.
«Este proyecto es más que una simple iniciativa para embellecer nuestro entorno: es una expresión dinámica de servicio a la comunidad y de crecimiento espiritual», afirma Sana Reyhani, animadora del grupo.
Motivados por el deseo de aplicar las enseñanzas bahá’ís sobre la transformación social al progreso de su barrio, estos jóvenes están mejorando su entorno físico al mismo tiempo que fomentan un profundo sentimiento de espíritu comunitario y colaborativo entre residentes de diversas procedencias.
Los jóvenes pusieron en marcha el proyecto de cultivo de diversas frutas y verduras, siendo conscientes de que el éxito dependería del fomento de la conciencia y del compromiso colectivos. Para darlo a conocer y aumentar la participación, utilizaron aplicaciones digitales para compartir mensajes sobre el cuidado del medio ambiente y los beneficios del huerto, invitando a todos los vecinos del barrio a sumarse a la iniciativa.
La respuesta fue entusiasta. Muchos vecinos, conmovidos por la actitud de servicio de los jóvenes, les ofrecieron su apoyo. Uno de ellos, agricultor experimentado, expresó su deseo de contribuir: «Quiero ayudarles y enseñarles técnicas de cultivo eficaces para que nuestro barrio prospere».
Ayman Rohanian, facilitador del grupo, compartió una reflexión sobre las repercusiones más amplias del proyecto: «Esta iniciativa ha revitalizado aspectos de nuestro entorno local y también ha imbuido un sentido de responsabilidad en los miembros de la comunidad para colaborar y extender su cuidado más allá de sus propias familias».
Los jóvenes que participaron en el proyecto descubrieron cómo pueden surgir nuevas pautas de interacción a partir de pequeñas iniciativas. «He aprendido que incluso nuestras pequeñas acciones pueden fomentar la unidad y el espíritu de servicio dentro de la comunidad», señaló un joven. Y otro añadió: «Cuidar del medio ambiente sembrando flores me produce una inmensa alegría, y también planta felicidad en nuestro barrio».
Sana Reyhani habló del significado profundo de la iniciativa: «Este empeño demuestra maravillosamente cómo el crecimiento del individuo está estrechamente unido al de la comunidad, mostrando que cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar para contribuir al bienestar de nuestra sociedad».
El jardín se ha convertido en un espacio social que fomenta la interacción pacífica entre los vecinos, que se reúnen para cuidar y disfrutar de la vegetación que han cultivado juntos.
Consciente del impacto más amplio de su trabajo, un joven comentó: «Me siento como si fuera un joven agricultor que contribuye no solo a mi barrio, sino a mi país».