Bolivia: La educación de las mujeres como catalizador del progreso social
LA PAZ, Bolivia — En un foro organizado celebrado recientemente por la Oficina de Asuntos Externos de los Bahá’ís de Bolivia se reunieron agencias gubernamentales, líderes de la sociedad civil, profesorado universitario y periodistas para analizar la importancia central de la educación de las mujeres para el progreso social.
Los debates subrayaron la importancia de garantizar la igualdad de oportunidades educativas para mujeres y hombres como un aspecto fundamental para lograr la justicia. El diálogo, no obstante, fue más allá y se enfatizó la necesidad de que el principio de igualdad se integre en la estructura de la sociedad.
«El progreso de la humanidad está indisolublemente ligado al compromiso con la igualdad», declaró Rosmery Chambi de la Oficina de Asuntos Externos. Chambi añadió que cuando el principio de igualdad es realmente aplicado en las diferentes facetas de la vida, fomenta la igualdad de oportunidades y empodera a las mujeres para que «sean promotoras activas del bienestar social».
Los participantes señalaron que el desafío de lograr la igualdad de acceso a la educación no es un mero obstáculo sino una manifestación de desigualdades más profundas y generalizadas dentro de la sociedad.
Bitia Vargas, directora de la Asociación de Salud Mental Comunitaria Q’umara, destacó la naturaleza cíclica de este reto. Señaló cómo las barreras históricas a la educación de las mujeres y niñas no solo han sido indicadores sino también eternizadores de las desigualdades.
No obstante, Vargas ofreció una visión esperanzadora basada en las enseñanzas bahá’ís que afirman que el alma no tiene género. «Las enseñanzas bahá’ís sostienen que no hay distinción inherente entre las mujeres y los hombres, ambos tienen capacidades que aportar al progreso de la sociedad».
Janette Huallpa, representante de la Coordinadora de las Mujeres de Bolivia llamó la atención hacia las extremas disparidades educativas basadas en el género, identificadas mediante las investigaciones llevadas a cabo por su organización. Las tasas de analfabetismo son mucho más elevadas entre las mujeres que entre los hombres, especialmente en las zonas rurales, una discrepancia que explica los problemas más generales de la pobreza y la violencia, que afectan de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas.
«La educación actúa como una fuerza transformadora ―declaró Huallpa―. No solo amplía las oportunidades de las mujeres para compartir sus puntos de vista, enriqueciendo a la sociedad con sus aportaciones, sino que también ejerce un papel fundamental en la lucha contra la pobreza, la reducción de la mortalidad infantil, y la activación del crecimiento económico».
Un aprendizaje importante del foro fue el reconocimiento de que la educación intelectual, aunque indispensable, solo representa una dimensión de un enfoque educativo más integral. «La educación espiritual es esencial y complementaria al aprendizaje académico», declaró Chambi.
Y añadió: «El verdadero desarrollo abarca tanto los aspectos espirituales como materiales de un individuo. Las enseñanzas de la religión, como la unidad esencial de la humanidad, nos permiten trascender las diferencias culturales y sociales y contribuyen a la creación de una sociedad más unida y equitativa».
Para erigir una sociedad más igualitaria, se necesitan cambios profundos en el orden social existente, afirmó Xavier Saire, representante del Centro Educativo Multidisciplinario. «No basta con empoderar solo a las mujeres; tampoco basta con empoderar a los hombres. Más bien, debemos perseguir una profunda transformación de las estructuras sociales mismas».
Los participantes señalaron que el foro constituyó un espacio importante que permitía a diversos actores sociales reflexionar sobre cómo se puede producir esta transformación. Yascara Terrazas, asesora jurídica de la Asociación de Concejalas y Alcaldesas de Bolivia, preguntó: «¿Quienes son los protagonistas del cambio?
Y explicó: «Todos lo somos: el gobierno, las familias y la sociedad en general. Aunque los obstáculos son inevitables en este viaje, foros como este son fundamentales para crear nuevos senderos y moldear una visión compartida de la transformación social».