Los bahá’ís de Kazajistán realizan mesas redondas para analizar cómo una visión basada en la nobleza de la naturaleza del ser humano puede fortalecer la vida familiar.

Kazajistán: los principios espirituales son la base para fortalecer la familia

1 de febrero de 2024

ASTANA, Kazajistán — Una serie de encuentros nacionales celebrados por la Oficina Bahá’í de Asuntos Públicos en Kazajistán ha reunido a representantes gubernamentales, científicos, representantes de comunidades religiosas y organizaciones de la sociedad civil para estudiar el fortalecimiento de la vida familiar a la luz de una concepción de la naturaleza humana que considera la nobleza de todo ser humano.

«Si creemos que alguien es un ser noble, lo trataremos en consecuencia», afirmó Lyazzat Yangaliyeva, de la Oficina, en una entrevista con el Servicio de Noticias, en la que ella y Timur Chekparbayev, otro miembro de la Oficina, compartieron algunas ideas surgidas de las últimas reuniones nacionales.

Una serie de mesas redondas organizadas por la Oficina Bahá’í de Asuntos Públicos en las ciudades de Astana y Almaty reunió a representantes gubernamentales, científicos, dirigentes religiosos y miembros de la sociedad civil para estudiar el florecimiento de la vida familiar a la luz de una concepción de la naturaleza humana que ve la nobleza de cada individuo. Presentación
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Una serie de mesas redondas organizadas por la Oficina Bahá’í de Asuntos Públicos en las ciudades de Astana y Almaty reunió a representantes gubernamentales, científicos, dirigentes religiosos y miembros de la sociedad civil para estudiar el florecimiento de la vida familiar a la luz de una concepción de la naturaleza humana que ve la nobleza de cada individuo.

Yangaliyeva explicó que los debates de esos foros se centran en el impacto transformador que tiene en las interacciones familiares el reconocimiento de la dignidad intrínseca y el valor inherente de cada individuo. «Esta manera de pensar no solo protege a cada miembro de la familia de los prejuicios y de las formas de dominación, sino que también enriquece las dinámicas que se extendien más allá de la esfera familiar».

Coincidiendo con ella, Chekparbayev señaló que en los debates se destaca que muchos problemas sociales tienen su origen en la visión predominante del ser humano como egocéntrico y materialista. «A menudo, el progreso humano se equipara con la satisfacción de las necesidades propias, sin tener en cuenta el efecto sobre nuestros vecinos, conciudadanos o el mundo», afirmó.

Sin embargo, un avance prometedor, añadió Chekparbayev, es que aparecen diálogos en dichos foros que desafían concepciones profundamente arraigadas, promoviendo nuevos conceptos como el servicio altruista a la sociedad. Sugirió que este cambio de paradigma podría conducir a una reevaluación de lo que constituye el verdadero progreso y bienestar, tanto en el contexto personal como colectivo.

Yangaliyeva, basándose en la experiencia de las actividades bahá’ís de desarrollo comunitario en Kazajistán, compartió sus impresiones sobre la evolución de los modelos de cambios tanto en la vida familiar como de las comunidades: «Estamos viendo cómo surgen pautas constructivas tanto en la vida familiar como en la comunitaria, especialmente cuando los individuos fomentan el deseo de servir a los demás y de contribuir al mejoramiento de la sociedad». Esa actitud, señaló, fomenta el cambio de comportamientos egocéntricos por acciones más orientadas hacia los demás.

Subrayó el papel crucial de la educación moral en ese proceso de transformación. «La familia, como unidad fundamental de la sociedad, desempeña un papel central en la formación de los hábitos y patrones de conducta del individuo. Es en ese entorno íntimo donde se cultivan las cualidades y capacidades esenciales para un servicio más amplio a la sociedad».

Los debates celebrados por la Oficina Bahá’í de Asuntos Públicos de Kazajistán ponen en tela de juicio concepciones profundamente arraigadas que presentan al ser humano como puramente egocéntrico, promoviendo en su lugar nuevos conceptos como el servicio altruista a la sociedad. Presentación
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Los debates celebrados por la Oficina Bahá’í de Asuntos Públicos de Kazajistán ponen en tela de juicio concepciones profundamente arraigadas que presentan al ser humano como puramente egocéntrico, promoviendo en su lugar nuevos conceptos como el servicio altruista a la sociedad.

En los debates se han examinado de cerca diversas dinámicas familiares tradicionales y se ha reconocido que algunas pueden mermar la voz y la participación de las mujeres en los asuntos familiares y, en consecuencia, en esferas sociales más amplias.

Yangaliyeva señaló que ese examen ha puesto de relieve la importancia de adoptar prácticas constructivas que promuevan la igualdad y reduzcan los conflictos en el seno de las familias.

Añadió que los asistentes han señalado el principio de consulta como un método prometedor para fomentar interacciones constructivas que no se limiten a la toma de decisiones, sino que sirvan para fomentar el respeto, la empatía y el apoyo mutuo en el seno de las familias.

Chekparbáyev ahondó en ese concepto: «La consulta es esencial para cultivar relaciones familiares más fuertes y conseguir una unidad familiar sólida, con más capacidad para afrontar los retos de la vida».

«Empodera a los individuos dentro de la familia, mejorando su capacidad de hacer aportaciones valiosas a la sociedad en general».

La Oficina ha planeado varios debates sobre estos temas para los próximos meses, como parte de su aportación más amplia al diálogo sobre el papel de la familia en el progreso de la sociedad.