CIB Ginebra: Líderes de opinión iraníes exigen que cese la «vergüenza histórica» de la persecución contra los bahá’ís
CIB GINEBRA — Un grupo de más de 150 defensores de los derechos humanos y activistas sociales y políticos iraníes han firmado una contundente declaración pública (en persa con traducción al inglés) en la que condenan la «nueva oleada de arrestos contra los bahá’ís y su privación de derechos humanos y civiles básicos».
Junto a una multitud de personas que se suman al espíritu de la campaña Nuestra historia es una, el grupo ha instado a sus compatriotas a «que alcen sus voces» en solidaridad con la comunidad bahá’í iraní.
«Los bahá’ís en Irán han soportado una sistemática presión ideológica, política, educativa y económica» durante más de 150 años, reza la declaración, que añade que la represión adquirió «dimensiones mucho mayores y una intensidad más inhumana» tras la Revolución Islámica de 1979. Entre los firmantes figuran reconocidos activistas de derechos humanos, profesores universitarios, abogados, artistas y exfuncionarios.
Se trata de la última de una serie de declaraciones emitidas en los últimos años por parte de destacados ciudadanos iraníes en apoyo a los derechos de la comunidad bahá’í de ese país. Los bahá’ís son la minoría religiosa más numerosa de Irán y han sufrido 44 años de persecución a manos de la República Islámica. En diciembre del año pasado, la Comunidad Internacional Bahá’í (CIB) advirtió que el Gobierno iraní utilizaba «tácticas nuevas, más intensas y más brutales» para perseguir a la comunidad.
Un aspecto que merece ser destacado de la nueva declaración es que está firmada por líderes de opinión de un amplio espectro de puntos de vista y opiniones políticas de la sociedad iraní, que denuncian la persecución de los bahá’ís en términos incuestionables.
«Ningún ciudadano debería ser castigado por sus creencias ―se lee en la declaración―. Ninguna minoría social o ciudadano debería ser juzgado, sufrir discriminación, ser excluido socialmente y oprimido sistemáticamente debido a prejuicios religiosos, dogmas o engaños políticos».
La declaración pública se publicó en el ecuador de la campaña Nuestra historia es una, de un año de duración, lanzada en junio de 2023 por la Comunidad Internacional Bahá’í para conmemorar los 40 años de la ejecución de diez mujeres bahá’ís en Shíraz y honrar los esfuerzos históricos de los iraníes de a pie para lograr la igualdad entre mujeres y hombres.
«Nuestra historia es una hace un llamamiento a los iraníes para que se vean unos a otros más allá de los discursos de “otredad” y división creados por el Gobierno iraní, y que vean en su lugar a todos los individuos y grupos como seres humanos cuyas historias, vidas y bienestar están interconectados ―afirmó Simin Fahandej, representante de la CIB ante las Naciones Unidas en Ginebra―. Esta declaración, firmada por más de 150 líderes de opinión iraníes, supone una afirmación de este mismo mensaje. A pesar de los años de propaganda de odio, el pueblo iraní dispone de la capacidad y la voluntad de trascender las diferencias que lo han dividido (creencias, etnias o diversidad de orígenes culturales) y en su lugar pueden ver cada sector de su sociedad como partes integrantes una familia diversa pero única».
Fahandej añadió: «Al firmar esta poderosa declaración, estos activistas han dado aún otro paso más hacia adelante, animando a sus conciudadanos iraníes a valorar los principios compartidos, una visión común y a trabajar para un futuro próspero».
La declaración denuncia además cuarenta y cuatro años de «total privación a los bahá’ís de sus derechos civiles», entre ellos la negación del derecho a la educación y el bloqueo del acceso al empleo y a los medios de subsistencia, así como la confiscación de los hogares y tierras de labranza propiedad de bahá’ís y la profanación de los restos de bahá’ís fallecidos. El poder judicial iraní ha sometido a los bahá’ís a «arrestos injustificados con duras sentencias judiciales basadas en casos ficticios y falsos», afirmó el grupo.
«Los juicios tendenciosos y el trato inhumano y cruel durante siglo y medio, no solo por parte de algunas instituciones religiosas y de clérigos radicales o de Gobiernos cómplices o encubridores, sino también, en ocasiones, por parte de una importante proporción de las masas [... ] debido a juicios injustos y comportamientos inapropiados, opresivos y humillantes», han «colocado una pesada carga sobre la conciencia colectiva cultural, religiosa y política de nuestro país», rezaba la declaración.
Y anadía: «Esta vergüenza histórica debería terminar y ser compensada mediante la acción».
Durante años, la sociedad iraní ha intentado «superar la “demonización” [de los bahá’ís] [...] basada en la ignorancia y el dogma» y «cambiar la atmósfera cultural y política de la sociedad civil en relación con los compatriotas bahá’ís, para que sea más humana y se base en los derechos humanos», se lee en la declaración.
Y aunque los firmantes reconocieron que existe «un largo camino por recorrer» para lograr esos objetivos, declararon que el «deseo general» de respeto por los derechos humanos compartido por todos los iraníes es «un paso hacia adelante muy importante a nivel nacional».
Los «creyentes de todas las religiones, los no creyentes y aquellos que poseen ideologías intelectuales y políticas diferentes pueden trabajar juntos y en igualdad de derechos para el desarrollo general de Irán y la consecución de la libertad, la justicia y la democracia y la eliminación de todo tipo de discriminación en la sociedad», afirmaron.
«La Comunidad Internacional Bahá’í está inmensamente agradecida a estos iraníes líderes de opinión y, en verdad, a los cientos de miles de personas por su valentía, por su compromiso con la justicia y por defender los derechos de los bahá’ís iraníes durante los últimos años y en esta declaración», afirmó Fahandej.
Y agregó: «Atrás quedaron los días en los que la gran familia diversa de ciudadanos iraníes podía ser dividida. La declaración firmada por estos prominentes iraníes es un símbolo de la unidad, una unidad en diversidad. Este es un valor que puede conducir a Irán a un futuro libre de injusticia y dolor. Cada día que pasa parece ofrecer nuevos ejemplos de por qué, entre los bahá’ís y todos los demás iraníes, nuestra historia es una».