NUEVA YORK — Una nueva resolución de las Asamblea General de las Naciones Unidas, que se aprobó ayer en a sesión plenaria, expresa una gran preocupación sobre un amplio abanico de violaciones de los derechos humanos, entre las que se encuentran la situación de los bahá’ís de Irán (por 36ª vez) y de otras minorías religiosas, y en la que se exige al Gobierno iraní que «elimine» toda forma de discriminación y persecución religiosa.

La resolución, respaldada previamente por la Tercera Comisión de la Asamblea General el mes pasado, fue adoptada ayer por 78 votos a favor, 30 votos en contra y 68 abstenciones.

La resolución «expresa una gran preocupación» por una letanía de violaciones de los derechos humanos en Irán, como la negación de la libertad de religión o de creencia. Los bahá’ís «en particular» se encuentran sujetos a «restricciones indebidas impuestas a los entierros realizados según los principios religiosos, ataques contra […] cementerios, así como otras violaciones de derechos humanos, entre ellas el aumento del acoso, la intimidación, la persecución, los encarcelamientos y detenciones arbitrarias» y la incitación al odio a través de medios de comunicación tanto oficiales como extraoficiales «que lleva a la violencia».

Se insta asimismo al Gobierno de Irán a que «ponga fin a la persistente impunidad sistémica de los que cometen delitos contra personas pertenecientes a minorías religiosas tanto reconocidas como no reconocidas», junto con la actuación sobre las disposiciones constitucionales, leyes y prácticas que ahonden en la denegación a los bahá’ís del derecho a la educación y al empleo, el cierre de negocios y establecimientos privados, la confiscación de los bienes y otras violaciones de derechos.