Brasil: La Cámara de los Diputados celebra el viaje centenario de la comunidad bahá’í
BRASILIA, Brasil — En un momento de solemne reflexión, la Cámara de los Diputados del Congreso Nacional de Brasil celebró recientemente el centenario de la comunidad bahá’í de ese país y analizó las labores realizadas a lo largo del último siglo para promover una identidad compartida que reconozca a todas las personas como miembros de una sola familia humana.
«La comunidad bahá’í ha hecho importantes aportaciones a la sociedad brasileña», declaró Arthur César Pereira de Lira, presidente de la Cámara de los Diputados, en una declaración leída por el diputado Luiz Couto en la apertura de la sesión.
«Los frutos se recogen hoy ―continuaba la declaración― son, en gran medida, un reflejo de la importancia que se atribuye al principio de justicia en la Fe bahá’í».
La diputada Lira añadió que este principio encuentra expresión en las actividades bahá’ís que «fomentan la prosperidad tanto material como social de los individuos y de la comunidad» desarrollando la capacidad de contribuir al progreso social.
En la tan esperada conmemoración (inicialmente prevista para 2021 y aplazada debido a la pandemia mundial) se analizaron las aportaciones históricas y presentes de la comunidad bahá’í al progreso social.
Un viaje de fe y de servicio
A comienzos del siglo XX, Leonora Armstrong, una americana de 25 años, se convirtió en la primera bahá’í en establecerse en Brasil.
Couto habló del profundo compromiso de Armstrong con la sociedad brasileña: «A través de su profundo amor por el pueblo brasileño y su inamovible dedicación al bienestar común, esta mujer excepcional superó numerosos desafíos».
Gabriel Marques, miembro de la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de Brasil, en declaraciones al Servicio de Noticias, explicó que Armstrong llegó a ser conocida en ese país por sus aportaciones en el campo de la acción social. Entre ellas, la creación de un orfanato y la ayuda a los refugiados de guerra. Sus dedicados esfuerzos durante una epidemia de cólera y los brotes de tifus le valieron el título cariñoso de la «enfermera de los pobres» por parte de los medios de comunicación locales.
Al compartir sus reflexiones sobre la vida de Armstrong, Couto destacó el papel crucial de las mujeres para formar un mundo más pacífico: «Sus puntos de vista y energía pueden ayudarnos a superar nuestros retos».
Contribuir a una sociedad más armoniosa
En su intervención, Liese von Czékus Cavalcanti, otra miembro de la Asamblea Espiritual Nacional, destacó el principio de la unidad de la humanidad como eje fundamental para fomentar una sociedad armoniosa: «Nuestra misión como individuos, comunidades e instituciones es crear una sociedad justa y próspera».
Cavalcanti se refirió a la necesidad de trascender la indiferencia y la desunión: «Hemos de reconocer la nobleza y el potencial inherentes a todo ser humano. No podemos centrarnos en lo que nos separa. Al contrario, debemos buscar lo que nos une y trabajar hacia metas comunes, evitando las trampas del conflicto y la disputa».
Coincidiendo con esas ideas, Nayrí Cruz, representante de una comunidad indígena, destacó el efecto transformador de las enseñanzas bahá’ís en su aldea e hizo hincapié en la armonía y el mantenimiento de las prácticas culturales constructivas. Afirmó: «Hoy somos una comunidad unida por el respeto, el amor, la veracidad y la unidad».
Cruz agregó: «Los pueblos indígenas buscan ser compañeros en la creación de una sociedad más justa e igualitaria, en la que las mujeres interpreten un papel cada vez más destacado».
En el centro de las actividades de las comunidades brasileñas para contribuir a la armonía social han estado los programas educativos bahá’ís que desarrollan la capacidad de las personas para analizar las realidades sociales, identificar las necesidades de sus comunidades y dirigir sus energías hacia el servicio a su sociedad.
En un momento especialmente inspirador, la diputada Lira compartió un ejemplo de jóvenes participantes en esos programas que, en colaboración con el gobierno de la localidad, retiraron doce toneladas de basura de un río de São Sebastião.
«Esta iniciativa ―señaló la diputada Lira― fue una excelente oportunidad para fomentar los valores espirituales y el espíritu de hermandad, elementos indispensables para una vida basada en la justicia y la armonía».
La fe por encima del miedo, abrazar la unidad como camino hacia la prosperidad
La diputada Erika Kokay hablo conmovedoramente sobre el potencial de las enseñanzas bahá’ís para inspirar una mayor unidad dentro de la Cámara de los Diputados:
«En esta Cámara, que a menudo ha vivido momentos de antagonismo, escuchamos hoy la sinfonía de paz presentada por la comunidad bahá’í. Las enseñanzas bahá’ís nos recuerdan a diario que la humanidad es una. Esta es una melodía de gran valentía y el contrapunto a todos los miedos, la fe en el “otro”, la fe en la posibilidad de que todas las personas pueden vivir en armonía».
La diputada Kokay añadió: «Ojalá que Brasil y el mundo encuentren inspiración en estas enseñanzas y reconozcan que la humanidad es una».