«Una fuerza inspiradora de amor»: Una reunión interconfesional en el templo de Vanuatu insufla esperanza
TANNA, Vanuatu — Entre cánticos de oraciones, el dulce llamamiento a la unidad resonó en la Casa de Adoración de Tanna. Los amigos reunidos bajo su cúpula experimentaron en sus almas una refrescante brisa. Aunque pertenecientes a diversas confesiones, tenían claro que su mayor fuente de fortaleza reside en su humanidad compartida.
Este encuentro que mantuvieron recientemente jefes y de residentes locales, conmemoraba el segundo aniversario de la consagración del templo. Las semillas de amor y unidad sembradas en esa sociedad en las décadas previas han hecho surgir, en estos dos últimos años, una Casa de Adoración que se yergue como un remanso de paz.
Un miembro de la Asamblea Espiritual Nacional de Vanuatu afirmó que «quienes oran dentro de sus muros pueden sentir la fuerza inspiradora del amor, un amor que atrae a personas de todas las razas y procedencias, tan necesario en estos tiempos turbulentos».
Estas palabras calaron profundamente entre los asistentes, cuyos corazones y mentes, aunque apesadumbrados por la turbulencia de los acontecimientos internacionales, sintieron la necesidad de estar acompañados y orar juntos.
«Nos hemos reunidos hoy aquí para orar juntos por la unidad de todos», declaró Yawus Nikiatu, jefe de un poblado cercano.
Numanian Iokaulo, miembro de unas de las comunidades religiosas representadas, agregó: «Sin importar nuestras diferentes creencias y procedencias, todos tenemos un mismo origen».
Y agregó: «Observad estos enormes árboles: tienen muchas ramas y crecen muy alto, pero su tronco es uno. Somos muchos y diversos, pero somos uno».
Natuman Walalo, delegado jefe de West Tanna, trajo a colación una danza tradicional de Tanna denominada Kaelalao para describir la centralidad de la Casa de Adoración en la vida comunitaria. «En esta danza se manifiesta el concepto de unidad. Ningún individuo puede realizar la danza solo porque esta se basa en que mucha gente se sincronice para dar vueltas en torno a un punto central».
Un miembro de la Asamblea Espiritual destacó la importancia de la reunión con estas palabras: «Vuestra presencia hoy en este acto es esencial para promover la unidad. Aunque nuestro número sea pequeño, las semillas que hemos plantado juntos hoy se convertirán en un árbol enorme que proporcionará sombra a todo el mundo. Debemos tener fe absoluta en esta semilla. Cada uno de nosotros es parte de este proceso espiritual excepcional».
Los lazos de amor y de unidad creados en la reunión se han consolidado en los corazones de los participantes, animándoles a realizar otro encuentro con muchas más personas de diversas confesiones religiosas y procedencias en las comunidades del entorno.