COP26: La delegación de la CIB ofrece principios y propuestas para la acción climática
GLASGOW, Reino Unido — Durante las dos últimas semanas, los representantes de la Comunidad Internacional Bahá’í (CIB) han participado en los debates de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021, conocida como COP26, y han recalcado la necesidad de replantear la relación entre la sociedad y el mundo natural.
«La humanidad se encuentra en un momento crucial en el que debe reconocer su unidad esencial: que todos compartimos la misma atmósfera y que la cooperación entre todas las naciones es necesaria si se quiere resolver los problemas urgentes y existenciales que afrontaremos en las próximas décadas», afirmó Daniel Perell, representante de la Oficina de la CIB en Nueva York durante la conferencia.
Serik Tokbolat de Kazajistán, Peter Aburi de Kenia y Maja Groff de Holanda se unieron a Perell formando la delegación de la CIB para la conferencia.
En sus aportaciones a los debates, los representantes de la CIB compartieron una serie de propuestas concretas. «Es necesario un mecanismo para coordinar ciertos aspectos de la relación de la humanidad con el mundo natural», afirmó Perell.
«Este mecanismo podría, por ejemplo, servir para movilizar recursos financieros para objetivos medioambientales y supervisar su distribución. Podría ayudar a los Gobiernos nacionales para realizar la transición de las políticas dañinas para el medio ambiente hacia alternativas más sostenibles».
Perell continuó explicando que, si bien es una posible vía para organizar las acciones, el factor clave es garantizar que el consenso continúe hasta su aplicación y que cualquier planteamiento o mecanismo para abordar el cambio climático se trate de forma holística. Declaró que: «En última instancia, los distintos organismos gubernamentales y tratados medioambientales, si se unifican bajo un solo paraguas, garantizarían una mayor coherencia en los sistemas de gobernanza que supervisan el cambio climático».
La conferencia de doce días de duración concluyó el viernes 12 de noviembre y ha reunido en Glasgow (Escocia) a más de 120 dirigentes mundiales, además de numerosas organizaciones de la sociedad civil, periodistas y medios informativos, empresas y activistas por el clima con el fin de analizar los esfuerzos mundiales para hacer frente al cambio climático.
En sus aportaciones a los debates, los representantes de la CIB analizaron cuestiones morales relacionadas con el consumo y el materialismo excesivo, que se asocian con la explotación y la degradación del medio ambiente.
«El desarrollo se mide con frecuencia en términos del aumento de la capacidad de adquirir bienes materiales. Estas nociones de progreso deben ser urgentemente reconceptualizadas antes de que el cambio climático tenga consecuencias irreversibles», declaró Tokbolat.
Aburi se extendió sobre el tema: «El movimiento en esta dirección demandará acuerdos económicos que estén regulados por ideales elevados y por el bien común».
Otros temas que los delegados de la CIB subrayaron en los diferentes foros fueron el papel de las estructuras internacionales a la hora de afrontar los desafíos medioambientales, que la CIB ha analizado en su declaración Una gobernanza digna de la humanidad y el camino hacia un orden mundial justo.
En un debate organizado por el Foro Internacional sobre Medioambiente, una organización de inspiración bahá’í, Groff explicó cómo una mayor colaboración y el intercambio de conocimientos entre los países pueden ayudar de manera sustancial a la acción climática. «Tenemos la sugerencia de crear un centro mundial de coordinación de políticas sobre el clima de manera que los Estados puedan compartir experiencias y aprender de las mejores prácticas, y acelerar efectivamente la aplicación de las políticas sobre el clima».
Los representantes de la CIB señalaron además el papel destacado que los individuos pueden ejercer en la lucha contra el cambio climático.
«La pandemia ha demostrado el poder de la acción local de los individuos. Hemos sido testigos de una verdadera fuerza galvanizadora hacia el bien común entre las familias, los amigos y los vecinos», dijo Perell en uno de los diálogos organizados por el Fondo Mundial para la Naturaleza.
Y agregó: «Esto supone una fuente de esperanza de la que podemos extraer lecciones y aplicarlas a los diálogos en estos foros mientras hacemos frente de forma colectiva a los múltiples desafíos que la humanidad tiene ante sí».