Una vía hacia una América unificada
WASHINGTON, D.C. — En un mes de mayo de hace un siglo, la comunidad bahá’í estadounidense celebró en Washington D.C. la primera conferencia de amistad racial de los Estados Unidos, un momento decisivo en el camino hacia la unidad racial en el país.
En la descripción del programa se podía leer: «Hace medio siglo se abolió la esclavitud en los Estados Unidos. Ahora surge la necesidad de realizar otro enorme esfuerzo para que se puedan superar los prejuicios. La rectificación de los males actuales no necesita de ningún ejército, puesto que el campo de acción es el corazón de nuestros ciudadanos».
Para celebrar el centenario de aquel encuentro histórico, la Oficina Bahá’í de Asuntos Externos de los Estados Unidos (en inglés) convocó a profesores universitarios, líderes de la sociedad civil y otros agentes sociales en un simposio online de tres días bajo el título Avanzar juntos: Cómo forjar un camino hacia una sociedad justa, inclusiva y unificada.
«Todos los reunidos hoy aquí somos conscientes de que nos hemos embarcado en un proceso que aspira a un profundo cambio orgánico en la estructura misma de la sociedad», comentó durante el encuentro P.J. Andrews de la Oficina de Información Pública.
Y agregó: «El cambio exigido para crear justicia en este país no es solo social y económico, sino también moral y espiritual».
El último episodio de podcast del Servicio Mundial de Noticias Bahá’ís ofrece algunas perspectivas del simposio (en inglés) en el que los ponentes debatieron temas como el papel del lenguaje en la promoción de un sentido de identidad compartida, la relación entre la verdad y la justicia, y la necesidad de abordar los cambios sistémicos en todo proyecto de justicia social.
En todas los debates de este encuentro se hallaba presente el principio espiritual de la unidad esencial de la humanidad. Inspirándose en las enseñanzas bahá’ís, May Lample, otro miembro de la Oficina Bahá’í de Asuntos Externos, declaró: «Cualquier movimiento que busque erradicar de nuestra sociedad toda forma de racismo ha de estar basado en la idea de que todos los seres humanos son iguales en esencia, que son acreedores de dignidad, poseedores de capacidades y habilidades únicas y con derecho a la seguridad y la protección.
Y sin una comprensión de nuestra unidad e interconexión, nuestras diferencias parecen enormes en lugar de aportar la complejidad y belleza necesarias y provechosas para nuestras vidas».
Este simposio formó parte de la contribución permanente de la Oficina Bahá’í de Asuntos Públicos de los Estados Unidos al discurso sobre la unidad racial. Las grabaciones de los debates de este simposio pueden verse aquí.