Elección de la primera Asamblea Espiritual Nacional de Timor Oriental en medio de un devastador ciclón
DILI, Timor Oriental — Las crisis y las victorias van de la mano, afirma un miembro de la recién establecida Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de Timor Oriental refiriéndose a la histórica elección que se produjo el pasado 30 de abril en medio de incesantes acciones para responder a las devastadoras inundaciones en el país.
Dadas las condiciones actuales, los delegados votaron a distancia. «Nos sentimos muy privilegiados de tener una Asamblea Espiritual Nacional en Timor Oriental», comenta Graciana da Costa Herculano Boavida, miembro de la Asamblea.
En un mensaje a los bahá’ís de Timor Oriental, la Casa Universal de Justicia escribió: «El establecimiento de la Asamblea Nacional permitirá a su comunidad contribuir con creciente eficacia al bienestar espiritual y material de su sociedad [...] .
Los bahá’ís del país iniciaron su historia en 1954, cuando tres bahá’ís de Australia y Portugal llegaron a Dili. Pocos años después, en 1958, se estableció en Dili la primera Asamblea Espiritual Local. Si bien siguieron llegando bahá’ís de otros países durante los años setenta, la comunidad bahá’í no resurgió hasta 1999 con actividades de construcción de comunidad que cobraron ímpetu en 2011.
Los bahá’ís de Timor esperaban con emoción la elección de la Asamblea Nacional el mes pasado, cuando el país fue golpeado por el ciclón Seroja. El 4 de abril comenzaron graves inundaciones que provocaron trágicas pérdidas de vidas humanas por todo el territorio debido a corrimientos de tierras y a enfermedades causadas por los mosquitos.
Vahideh Hosseini, miembro de la Asamblea Espiritual Nacional afirma: «Esta institución nace en plena catástrofe. Han sido semanas muy duras, pero todos se han esforzado para hacer todo lo que está en su mano para ayudar, especialmente los jóvenes».
Un aspecto clave de la respuesta fue la creación de un grupo de trabajo de cinco miembros por parte de la Asamblea Espiritual Local de Dili para coordinar las iniciativas. El grupo ha organizado la distribución de unos 1400 paquetes de comida, de mosquiteras y otros productos básicos que han ayudado a más de 7000 personas en 13 pueblos y barrios. El grupo de trabajo también dispuso la construcción de un barco con el que la ayuda pudiese llegar a las personas en lugares donde las carreteras estaban cortadas.
«Las instituciones bahá’ís y las autoridades locales han trabajado codo con codo junto a la población sobre el terreno ―declara Madalena Maria Barros, otro miembro de la Asamblea Nacional―. Fui con el jefe de mi pueblo a visitar a una señora mayor que había perdido todo en la inundación y se encontraba enferma con fiebre. El jefe, que se conmovió profundamente por la situación de la señora, la envolvió en una manta y cocinó para ella con las provisiones que habíamos traído».
Alberto dos Reis Mendonca, un bahá’í del barrio diliense de Masin-Lidun, duramente castigado, comenta: «Las actividades bahá’ís en nuestro barrio comenzaron hace seis meses, y en este corto período de tiempo hemos aprendido mucho sobre cómo servir juntos como uno solo.
»Cada día actuamos y reflexionamos, y luego planificamos para el día siguiente. Pocos días después de la inundación, se envió más ayuda a la zona y la gente pudo disponer de arroz, aceite y otras provisiones. Así que pensamos que ahora necesitamos proteínas y verduras para mantenernos sanos y solicitamos ayuda a organizaciones que pudieran darnos soja verde y otras verduras para distribuirlas».
Sobre el espíritu devocional que ha sostenido a la gente durante todas estas actividades, Marcos da Costa Dias, un miembro de la Asamblea Nacional que vive en Masin-Lidun, declaró: «Oramos temprano todas las mañanas y nos sentimos unidos, en paz, y entramos en un estado de oración que dura toda la jornada de ayuda y reconstrucción».
Herculano Boavida comenta reflexionando sobre lo ocurrido el mes pasado: «En nuestra respuesta a la crisis nos fijamos en el ejemplo de ‘Abdu’l-Bahá que, a todos los lugares a los que fue, siempre hallaba formas para ayudar a la gente en apuros. El mismo espíritu de servicio siente ahora la Asamblea Espiritual Nacional».