Una nueva declaración de la CIB subraya las dimensiones morales de la tecnología

12 de febrero de 2021

CIB Nueva York — Una nueva declaración de la Comunidad Internacional Bahá'í (CIB) sobre el papel de las tecnologías digitales en el progreso de la civilización se ha presentado en el 59º periodo de sesiones de la Comisión de Desarrollo Social de la ONU, que concluye el 17 de febrero.

«La humanidad se encuentra en un periodo de transición sin precedentes ―reza la declaración de la CIB titulada Reflexiones sobre nuestros valores: Las tecnologías digitales y una transición justa―. Surgen nuevas posibilidades para un cambio social significativo con el que se replanteen los valores colectivos y los supuestos subyacentes. Esto es algo especialmente patente en el ámbito de las tecnologías digitales».

En Reflexiones sobre nuestros valores: Las tecnologías digitales y una transición justa, se pone de manifiesto que «Surgen nuevas posibilidades para un cambio social significativo con el que se replanteen los valores colectivos y los supuestos subyacentes. Esto es algo especialmente patente en el ámbito de las tecnologías digitales». Presentación
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En Reflexiones sobre nuestros valores: Las tecnologías digitales y una transición justa, se pone de manifiesto que «Surgen nuevas posibilidades para un cambio social significativo con el que se replanteen los valores colectivos y los supuestos subyacentes. Esto es algo especialmente patente en el ámbito de las tecnologías digitales».

La declaración subraya el creciente consenso contra la supuesta neutralidad de las tecnologías digitales, como se ha puesto de manifiesto en los últimos años. «La innovación tecnológica ―se afirma en ella―, al igual que el paradigma predominante en torno al desarrollo, se encuentra profundamente modelada por los supuestos materialistas».

La declaración fue el foco de debate del miércoles en un encuentro paralelo en línea durante el 59º periodo de sesiones de la Comisión, coorganizado por la CIB junto con el Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos y el Comité de las ONG para el Desarrollo Social.

Bajo el título «Inteligencia Artificial: Dimensiones éticas del mundo virtual», el encuentro convocó a más de cien diplomáticos, responsables políticos y agentes de la sociedad civil, que analizaron una serie de problemas éticos, como la forma en que la inteligencia artificial (IA) puede satisfacer las necesidades de las distintas comunidades locales y la forma en que la innovación y la legislación pueden ir de la mano para promover el bien común.

Presentación
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Soraya Bagheri, representante de la CIB y moderadora del evento, declaró: «Las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial tienen un gran potencial para canalizar el espíritu humano para hacer frente a los retos más acuciantes de la humanidad».

Hablando de las implicaciones morales de la tecnología, Bagheri prosiguió: «Un reto al que nos enfrentamos hoy día es que la velocidad del progreso tecnológico ha superado la capacidad de reflexión». Destacó además la necesidad de una mayor participación de la familia humana en cuestiones cruciales referidas al futuro de la humanidad, como el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) y de otras tecnologías digitales.

La declaración fue el centro de las discusiones del miércoles en un debate paralelo en línea durante el 59º periodo de sesiones de la Comisión, coorganizado por la CIB junto con el Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos y el Comité de las ONG para el Desarrollo Social, que llevó por título «Inteligencia Artificial: Dimensiones éticas del mundo virtual. Presentación
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La declaración fue el centro de las discusiones del miércoles en un debate paralelo en línea durante el 59º periodo de sesiones de la Comisión, coorganizado por la CIB junto con el Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos y el Comité de las ONG para el Desarrollo Social, que llevó por título «Inteligencia Artificial: Dimensiones éticas del mundo virtual.

Otro de los ponentes, Hamad Khatir, director de Asociaciones Internacionales del Ministerio del Interior de los Emiratos Árabes Unidos, se hizo eco de esta opinión: «La inclusión es imprescindible en el diseño de cualquier software. [...] El riesgo de que la IA se diseñe únicamente para servir a una determinada parte del mundo o de la sociedad es una posibilidad real [...] que debe evaluarse claramente con criterios que sitúen el progreso humano en el centro de todos nuestros objetivos».

Fotografía tomada antes de la actual crisis sanitaria. La Comunidad Internacional Bahá'í lleva  años contribuyendo a la Comisión de Desarrollo Social a través de declaraciones y de la participación en las sesiones anuales. Presentación
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Fotografía tomada antes de la actual crisis sanitaria. La Comunidad Internacional Bahá'í lleva años contribuyendo a la Comisión de Desarrollo Social a través de declaraciones y de la participación en las sesiones anuales.

Eline Chivot, asesora principal de política digital del Partido Popular Europeo, comentó la necesidad de contar con principios comunes en este ámbito: «[los principios] dan flexibilidad para aplicar un código en el que todos podemos estar de acuerdo y al que nos adherimos colectivamente. Una especie de brújula moral».

Basándose en los conceptos de la declaración de la BIC, Douglas Allen, profesor de la Universidad de Denver y miembro de la comunidad bahá'í, habló de cómo un futuro digital justo permitiría compartir ampliamente los beneficios de la productividad y la tecnología, contribuyendo en gran medida a eliminar los extremos de pobreza y riqueza y «la idea de un mundo donde se gana o se pierde».

Se puede encontrar una grabación del acto paralelo aquí (En inglés).