Nuevos horizontes en el Chad tras la reunión de jefes tradicionales
BARO, Chad — En la región de Guera, en el Chad, unos 30 jefes tradicionales de la zona se reunieron en la localidad de Baro para debatir el futuro de su pueblo. Ha sido una de las doce conferencias que ha celebrado la comunidad bahá’í, en colaboración con los dirigentes tradicionales, durante los últimos dos años por todo el país.
El jefe Tchompaare, miembro de la Asamblea Espiritual de los Bahá’ís de Chad, detalla: «Muchos jefes han manifestado su deseo de profundizar en las actividades de construcción de comunidad que reúnen a la gente en sus pueblos para abordar diferentes temas sociales».
La conferencia en sí ofreció un ejemplo de cómo los principios espirituales son esenciales para los debates en torno al progreso. Uno de los jefes participantes afirmó: «La idea de estudiar temas como la unidad, la armonía entre las religiones, el amor, el servicio a la sociedad, a modo de punto de partida para encontrar soluciones a nuestros desafíos, nos permite realmente ver cosas que no veíamos antes».
Otro participante describió la importancia de la conferencia: «Si bien siempre hemos gobernado a nuestras comunidades en base a nuestra herencia cultural, esta singular reunión nos permite reflexionar en profundidad sobre nuestro papel en la defensa de la unidad y de la paz y reflexionar sobre la educación de nuestros hijos. Este tipo de espacios nos pueden ayudar a ponernos a la vanguardia a la hora de atender las aspiraciones de nuestra comunidad».
Las consultas durante la conferencia permitieron a los jefes analizar muchos problemas sociales diferentes, a la vez que se inspiraban en parte en la experiencia de los bahá’ís de Chad con sus actividades de construcción de comunidad.
Uno de los temas estudiados fue la educación moral de los niños y de los jóvenes. En la reunión, Tchompaare destacó aspectos de los programas educativos bahá’ís, que desarrollan las capacidades para el servicio: «Con este proceso, los jóvenes desarrollan la capacidad de reflexionar juntos sobre las necesidades de sus comunidades, se unen con otros para servir a su localidad y ven nuevas posibilidades. Quieren permanecer más tiempo en sus comunidades para contribuir a la prosperidad a largo plazo».
Uno de los jefes en la conferencia señaló que este proceso educativo posee un gran potencial, especialmente para la gente joven: «Puede ayudar a solucionar muchos de los males que sufrimos, como las tensiones entre las generaciones y el éxodo rural. Como jefes, tenemos la costumbre desde hace tiempo de reunir a los jóvenes para enseñarles nuestras tradiciones y enseñanzas religiosas. Ahora pensamos en cómo adaptar esta costumbre para ayudar a que los niños desarrollen lo que necesitan para los tiempos actuales y abracen al mundo con mayor apertura, sin dejar de estar conectados con su herencia».
La evolución de la cultura fue otro de los temas debatidos por los jefes en la reunión. En los debates se puso de manifiesto la necesidad de un examen más profundo de algunas prácticas tradicionales que pueden actuar como barreras para una mayor participación de las mujeres en los asuntos de la comunidad.
Otra área de gran interés para los jefes fue la de los enfoques que permiten resolver desacuerdos entre la gente. «En nuestros pueblos, con frecuencia se producen tensiones entre los agricultores y los ganaderos por causa de la tierra», comentó uno de los jefes.
Y agregó: «Creo que esto solo se puede resolver mediante el tipo de consulta, tolerancia y atmósfera de oración que vemos en este encuentro. La idea de promover la vida devocional de una comunidad, implicando a todos los habitantes, es muy inspiradora. Atrae los corazones y puede abrir el camino hacia una mayor armonía».
Al término de la reunión, los jefes trazaron planes para celebrar reuniones similares en sus respectivas localidades, estudiando los mismos temas con los miembros de su comunidad.