En los días siguientes a la explosión que conmocionó Beirut en agosto, un grupo de jóvenes que participaban en las actividades bahá’ís de construcción de comunidad se reunieron rápidamente para planificar la ayuda de emergencia y reconstrucción. Crearon una red de voluntarios denominada «Centro de Ayuda» para coordinar las acciones de las personas de su entorno.