Una población nepalí desarrolla sus capacidades agrícolas como estrategia a largo plazo
MOTIBASTI, Nepal — Con motivo del regreso a casa de numerosos trabajadores migrantes en medio de la pandemia, la Asamblea Espiritual Local de Motibasti (Nepal) estudia qué puede hacer para mejorar la capacidad de la comunidad para producir sus propios alimentos.
Hemant Prakash Budha, miembro de la Asamblea Espiritual Local, comenta: «Existen muchas ONG y agencias que ayudan a la población en sus necesidades más inmediatas, pero la Asamblea es consciente de que puede desarrollar soluciones a largo plazo. Esta población dispone de tierra y de las habilidades para producir alimentos. ¿Pero cómo podemos salir adelante si no organizamos nuestras actividades agrícolas como una comunidad?».
La Asamblea Espiritual Local ha consultado semanalmente desde el comienzo de la pandemia para ayudar a identificar y a satisfacer las necesidades de la comunidad. Recientemente, ha contactado con los trabajadores migrantes que retornan para ofrecerles la oportunidad de cultivar parcelas sin explotar que pertenecen a los residentes en la zona.
Prasad Acharya, residente de Motibasti afirma: «Nuestra actitud no es de dependencia, en la que algunas personas tienen de todo y a otras les falta. Vemos cómo todos podemos contribuir a la comunidad. Este es un aspecto del principio bahá’í de la unidad de la humanidad por el que todos son una familia y todos priorizan las necesidades de los demás».
Basándose en los conocimientos locales y en el asesoramiento de expertos, la Asamblea ha ayudado a las familias a decidir qué tipo de cultivo y de ganado proporcionará las mejores fuentes de alimento para la población.
La Asamblea ha actuado de forma ingeniosa para ayudar a la comunidad a superar los obstáculos. Por ejemplo, cuando cierta parte de la población vio que faltaba agua para el riego, la Asamblea pidió ayuda a las autoridades locales y regionales, que se encargaron de perforar un pozo.
Prakash Budha, al comentar estas experiencias, afirma: «La comunidad está preocupada por la posibilidad de una crisis alimentaria, el aumento de precio de los productos y otras cuestiones como la educación de los niños. Cuando las personas consultan de una forma espiritual, con amor y amabilidad, comienzan a darse cuenta de las oportunidades que tienen ante sí y de cómo pueden avanzar. La consulta crea la esperanza de que se puede actuar y cambiar las cosas».