Los requisitos para la paz delineados hace cien años siguen vigentes hoy día
LA HAYA, Países Bajos — Recién concluida la I Guerra Mundial y en plena pandemia devastadora de gripe de 1918, dos bahá’ís salieron de Tierra Santa en mayo de 1920 para entregar un mensaje escrito por ‘Abdu’l-Bahá a la Organización Central para una Paz Duradera en La Haya. Este mensaje, conocido como la Primera Tabla a La Haya, examinaba los principios exigidos para una profunda transformación social.
Sherene Devid-Farag, de la Oficina de Asuntos Públicos de la comunidad bahá’í holandesa declara: «Esta tabla sigue hablándonos hoy en día. Nos ayuda a vislumbrar, punto por punto, los elementos necesarios para un mundo pacífico, entre ellos la igualdad de los hombres y las mujeres, la armonía de la ciencia y la religión, la promoción de la educación y la eliminación de toda forma de prejuicio. Estos mismos principios son los que promueven incontables movimientos, organizaciones y personas en sus acciones por la justicia social hoy en día. Debemos darnos cuenta de que, en todos estos proyectos, somos todos compañeros en el mismo sendero hacia la paz».
Los bahá’ís de los Países Bajos y Religiones por la Paz de los Países Bajos organizaron una conferencia en línea el pasado jueves, conmemorando el centenario de la llegada de la Tabla a su destino. La conmemoración se organizó en principio para que se realizara en el Palacio de la Paz en La Haya, pero más tarde fue trasladada a internet debido al brote de coronavirus.
Los participantes analizaron los temas de la Primera Tabla a La Haya a la luz de las circunstancias actuales.
Azza Karam, secretaria general de Religiones para la Paz Internacional afirmó: «‘Abdu’l-Bahá nos enseñó que la fe es la luz que elimina la oscuridad del miedo [...] Se necesita el compromiso consciente de unirnos como personas de todas las creencias y actuar [conforme a] nuestros principios comunes».
Hablando sobre el tema de la unidad de la humanidad, Britt Bakker, vicepresidenta de Religiones para la Paz de Holanda, señaló: «En estos tiempos extraordinarios nos vemos confrontados, de una forma dolorosa, pero al mismo tiempo hermosa, con nuestra [...] conexión».
Awraham Soetendorp, un rabino judío de La Haya, compartió su esperanza de que la gente pudiera un día volver la vista hacia aquel período tan crucial «en el que supimos encontrar la sabiduría y el valor para cooperar de verdad más allá de las fronteras motivados por la confianza mutua, cuando convertimos un enorme peligro en una gran promesa y modelamos un nuevo orden mundial compasivo en el que nadie se quedaba al margen».
Marga Martens, secretaria de la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de los Países Bajos, a modo de reflexión sobre el acto y sobre la visión de paz que se expone en la tabla, comentó:
«El remedio a estos males son los principios explicados ampliamente por ‘Abdu’l-Bahá. Todos tenemos la opción de decidir trabajar por ellos, tanto en nuestras vidas personales como en la sociedad. Así como recurrir al consejo de un médico es esencial cuando estamos enfermos, la medicina espiritual de estos principios nos ayudará a llegar a las raíces de la sociedad y producir un cambio maravilloso».