Los bancos comunitarios en Nicaragua actúan con previsión
MANAGUA, Nicaragua — Antes de que los temores por el brote mundial de coronavirus dominaran la opinión pública, en Nicaragua un programa de banca comunitaria de inspiración bahá’í se anticipó poniendo en marcha medidas de seguridad para el manejo del dinero y para que las transacciones se realizaran de forma telemática o por teléfono.
«Estos bancos están basados en los principios bahá’ís del servicio y de la preocupación por el bienestar de todos —dice el coordinador nacional del programa—. Así pues, con los desafíos económicos y la expansión de la crisis sanitaria, no solo hemos tenido presente el mantenimiento de los servicios vitales que sostienen la vida económica de la comunidad, sino también el poder garantizar que nuestras operaciones no pongan en peligro a la gente».
El programa funciona mediante la impartición de formación a grupos de 10 a 30 personas, que luego comienzan a ahorrar pequeñas sumas y a ofrecer módicos préstamos a los miembros del banco a un interés razonable. Los bancos están gestionados exclusivamente por los propios miembros y el interés que se gana se divide de manera proporcional a la cantidad de ahorros que cada persona posee. Conforme el banco crece, puede además ofrecer apoyo financiero a las iniciativas de desarrollo económico y social en la comunidad.
En los últimos 15 años, el programa se ha expandido en Nicaragua y atiende a varias localidades, habiendo logrado reconocimiento en el país por su singular enfoque.
«Tanto la experiencia como los principios subyacentes de estos bancos han orientado su respuesta ante la crisis sanitaria mundial —comenta el coordinador nacional—. Entendemos que no somos meros negocios que buscan su propio interés, sino que estamos aquí para servir al bien común. Tenemos la responsabilidad de ser un ejemplo de prácticas empresariales sólidas y seguras en estos momentos».