Uganda: en medio de la crisis, los programas de radio brindan consuelo e inspiración
KIYUNGA, Uganda — Con las nuevas directivas de sanidad pública que prohíben las reuniones, los bahá’ís de esta zona rural han recurrido a la radio para llevar esperanza y alegría a sus vecinos, animándoles a orar en sus hogares. Estas emisiones diarias están promoviendo en todos los hogares un diálogo sobre la importancia de la oración como fuente de fortaleza en estos momentos de excepcional dificultad.
Cuando el presidente de Uganda promulgó directrices para prevenir la expansión de la enfermedad del coronavirus COVID-19, ordenó que los lugares de culto se cerrasen durante varias semanas. Simultáneamente, animó a sus conciudadanos, sin importar su religión, a que continúen orando en sus hogares.
Durante décadas de actividades regulares para promover el progreso social, los bahá’ís de Uganda han presenciado cómo las comunidades con fuertes vínculos de amistad y con un ambiente de oración pueden demostrar una enorme perseverancia en tiempos de crisis.
«Comenzamos a buscar fórmulas para inspirar a nuestros conciudadanos, nuestros hermanos y hermanas del país, dado el sentimiento de desesperanza y de tristeza que comenzaba a apoderarse de mucha gente —comenta Drake Nangoli, miembro de la comunidad bahá’í ugandesa—. Puesto que nuestras interacciones interpersonales quedaron limitadas, recurrimos a utilizar las emisoras de radio locales y otros servicios de difusión».
En Kiyunga, por ejemplo, las autoridades locales han puesto a disposición de los bahá’ís los medios de difusión del pueblo para que ofrezcan un programa nocturno de 90 minutos de duración. Este medio de comunicación consiste en un altavoz estratégicamente colocado que, durante las silenciosas horas de la noche, puede escucharse con nitidez en varios pueblos colindantes.
Los bahá’ís de la localidad realizan un programa que incorpora lectura de oraciones, escritos sagrados y profundiza sobre aspectos de interés común. En él se invita a los oyentes a recurrir a la oración como fuente de sustento espiritual diario y como medio para reflexionar sobre cómo cada uno puede aliviar el sufrimiento de la sociedad.
Un joven bahá’í, Gerald Mukungu, afirma: «¿Qué podemos hacer los jóvenes para reforzar este diálogo que se inicia en el programa? He visto la utilidad de hablar de ello y seguiré promoviendo este tema en mi familia y con mis amigos».
Los dirigentes locales han dado su apoyo a esta actividad y animan a los residentes a que escuchen, a que participen en sus debates y que oren en sus hogares. «Nos complace trabajar con los bahá’ís para ayudar a la gente a comprender la importancia de confiar en la oración en este momento difícil —dice el Sr. Anthony Musamali, presidente interino del consejo de Kiyunga—. Si se potencia, permitirá mejorar el carácter de los habitantes e incentivar acciones loables entre ellos».
Un dirigente local declaró: «Me emocionó el mensaje y me pregunto cómo se puede extender este diálogo más allá de este momento particular. Necesitamos mantener vivo este diálogo para que las reuniones de oración se sigan realizando».
Animadas por esta iniciativa, otras comunidades de Uganda han emprendido programas similares en las emisoras de radio local y otros medios de comunicación de masas.