El poder de la historia: la búsqueda de la verdad, la justicia y la unidad

6 de agosto de 2019
De izquierda a derecha: May Lample, de la Oficina Bahá'í de Asuntos Públicos; Adam Rothman, conservador principal del Archivo sobre la Esclavitud de la Universidad de Georgetown; Maya Davis y Chris Haley, conservadores y administradores del programa Legado de la esclavitud de Maryland de los Archivos del Estado de Maryland; y P.J. Andrews, de la Oficina Bahá'í de Asuntos Públicos de Estados Unidos.

WASHINGTON — Nuestra historia común es un medio poderoso a través del cual llegamos a comprender nuestra historia, nuestro presente y nuestro futuro. En los Estados Unidos, las crónicas sobre el progreso y la prosperidad de la nación han pasado por alto históricamente las vidas, el sufrimiento y las contribuciones de los esclavos de África y de sus descendientes.

El miércoles, varias organizaciones se reunieron en el Archivo sobre la Esclavitud de la universidad de Georgetown en Washington, DC, para tener un debate en profundidad sobre este tema crítico y para explorar sobre la forma en que una narración renovada de la historia de la nación puede contribuir a la reconciliación racial y, en última instancia, a la transformación de la sociedad. La Oficina Bahá'í de Asuntos Públicos de los Estados Unidos organizó el espacio con el Archivo sobre la Esclavitud de la Universidad de Georgetown y los Archivos del Estado de Maryland.

«En gran medida, el estado actual en términos de raza y racismo en los Estados Unidos tiene que ver con nuestra historia. Y gran parte de esa historia permanece no contada y no solo no contada sino también distorsionada para ocultar la verdad de lo que ha sucedido», afirma May Lample de la Oficina Bahá'í.

«Para luchar contra la desigualdad y el racismo en los Estados Unidos tenemos que comenzar por contar la historia de cómo hemos llegado hasta aquí. Pero el desafío que tenemos ante nosotros es contar esa historia de una manera que no sea divisiva y que nos permita ver la historia como progresista. Al mismo tiempo, debemos reconocer que existen muchos reveses, fuerzas de desintegración y fuerzas de integración. Hay desafíos en el camino hacia el progreso».

La Oficina Bahá'í de Asuntos Públicos de Estados Unidos se ha implicado intensamente en un discurso sobre la unidad racial participando en numerosos foros en todo el país, involucrando a diversos actores sociales y organizando espacios de diálogo que puedan servir de guía para la comprensión y la acción constructiva. Una de sus iniciativas en curso ha sido sus Diálogos sobre la fe y el racismo, en los que ha reunido a organizaciones religiosas para explorar el papel desempeñado por la religión y la espiritualidad en la superación de la lacra del racismo.

Algunos de los participantes de los Diálogos sobre la fe y el racismo comenzaron a explorar juntos el impacto de la historia de América en la dinámica racial del país en la actualidad. La reunión se celebró en la universidad de Georgetown en la capital de los Estados Unidos y contó con una exposición de algunos artículos del archivo sobre la esclavitud del establecimiento. La universidad creó este archivo en 2016 para organizar y conservar adecuadamente el material relacionado con la posesión y eventual venta de 272 hombres, mujeres y niños esclavizados en 1838.

Varios descendientes de personas esclavizadas asistieron a la reunión. Señalaron la importancia de dar voz a los millares de personas que fueron esclavizadas cuyas historias nunca se han contado. La universidad ha tratado de dar a conocer sus historias a través de materiales de archivo, objetos y relatos orales transmitidos de generación en generación.

«Se debatió sobre la cuestión de cómo reparar los daños causados ―explicó el Sr. Andrews, de la Oficina Bahá'í―. Pensamos en estos problemas como pertenecientes al pasado pero estos sistemas y valores continúan perpetuándose».

«Aún así, también sabemos que las cosas no están destinadas a seguir siempre así. No estamos limitados a ser simplemente impotentes ante la historia y las fuerzas sociales que continúan atacando a la sociedad actual. Tenemos esperanza y todos nosotros, como seres humanos, tenemos el poder de rehacer el mundo. La historia de la raza humana también lo demuestra».