Tras la tragedia, los bahá'ís de Nueva Zelanda trabajan por la unidad y la curación

4 de abril de 2019
Un grupo de jóvenes dibuja tiza en una acera en Christchurch. Un grupo de familias que participan en actividades de construcción de comunidades bahá'ís en un barrio comenzaron la actividad de arte callejero para inspirar esperanza después de los ataques terroristas del 15 de marzo.

CHRISTCHURCH, Nueva Zelanda — En las semanas posteriores a un ataque terrorista mortífero, el pueblo de Nueva Zelandia, aún en estado de duelo y conmoción, responde con una nueva determinación y dedicación para erradicar los prejuicios y el odio de su sociedad.

Las expresiones públicas de solidaridad, entre las que se cuenta una reunión conmemorativa transmitida a nivel nacional el viernes por la tarde en el Hagley Park de Christchurch, ponen de relieve las cualidades espirituales de la gente, como la unidad, la tolerancia y la bondad.

En medio de la avalancha tanto de dolor como de apoyo a las 50 víctimas asesinadas y a las 50 heridas, la comunidad bahá'í se ha unido a sus conciudadanos para promover el respeto mutuo y la armonía social. Inmediatamente después de la tragedia, la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá'ís de Nueva Zelanda publicó una declaración pública condenando los ataques, expresando su profundo pesar y transmitiendo su esperanza de que la tragedia catalice los esfuerzos para trabajar por la paz, la unidad y la inclusión social. La Asamblea Nacional también alentó a los bahá'ís «a que no desesperen, sino a que trabajen con constancia y a que muestren amor a todos», en una carta de fecha 16 de marzo.

«Queremos alentar a la comunidad bahá'í y, de hecho al pueblo de Aotearoa Nueva Zelanda, a que vean a través de su profundo shock los destellos de esperanza y que reúnan sus energías con el fin de aprovechar las fuentes de fuerza espiritual para trabajar hacia un país más unido donde un acto tan terrible nunca podría volver a ocurrir», explicó Suzanne Mahon, secretaria de la Asamblea Nacional.

Esta foto muestra algunos de los mensajes de esperanza y amor en las obras de arte callejero. Presentación
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Esta foto muestra algunos de los mensajes de esperanza y amor en las obras de arte callejero.

En Christchurch, unas 20 personas que participan en actividades de construcción de comunidades bahá'ís en un barrio donde vivían algunas de las víctimas se reunieron el día después de los ataques para consultar sobre cómo ofrecer un apoyo significativo. Primero, decidieron visitar a sus familias vecinas que habían sido golpeadas por la tragedia para ofrecer sus condolencias y apoyo. Además, adultos, jóvenes y niños del vecindario iniciaron colectivamente un proyecto de arte callejero, escribiendo con tiza mensajes esperanzadores y amorosos en las aceras. Su expresión creativa tuvo una rápida aceptación ya que otras personas en toda la ciudad se sintieron inspiradas a contribuir a este arte de las aceras. Entre los mensajes se podía leer «Somos flores de un jardín» y declaraciones sobre la importancia de la unidad.

«Esta simple acción en la que niños, jóvenes y adultos pudieron participar fue una expresión de amor y solidaridad y brindó a una gran variedad de personas una salida para expresarse de manera significativa», añadió Vahid Qualls, quien presta su ayuda para las actividades del barrio y es miembro de la Asamblea Nacional.

Dos días después del ataque, la comunidad bahá'í local de Christchurch dedicó su reunión de oraciones del domingo por la mañana a las víctimas de la tragedia, a sus familias y comunidades.

Los premios anuales de la comunidad bahá'í, Premios a Discursos sobre Unidad Racial, organizados conjuntamente con la policía nacional y otros colaboradores desde 2001, tendrán lugar en un momento crucial este año. «Antes sabíamos que los prejuicios raciales y religiosos pueden llevar al odio y la violencia trágica, y que el trabajo de promover la unidad es serio y vital, pero nunca antes había parecido tan urgente», declaró Aidan MacLeod, uno de los organizadores del evento.

Estudiantes bailando un haka, una danza tradicional para el pueblo maorí de Nueva Zelanda, durante la ceremonia de entrega de los Premios a Discursos sobre Unidad Racial 2017. Presentación
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Estudiantes bailando un haka, una danza tradicional para el pueblo maorí de Nueva Zelanda, durante la ceremonia de entrega de los Premios a Discursos sobre Unidad Racial 2017.

«Ahora la gente en Nueva Zelanda está hablando con franqueza sobre los prejuicios raciales y la necesidad de unidad. La gente dice que hemos sido demasiado complacientes. Hay un deseo tanto de reflexión como de acción decisiva», añadió el Sr. MacLeod.

El evento anual incluye un programa especial en el que los estudiantes de secundaria pronuncian discursos sobre la unidad racial. Este año, también habrá dos conferencias para jóvenes en todo el país para discutir sobre sus actividades para trabajar hacia una sociedad más justa y pacífica.

La Comunidad Bahá'í de Nueva Zelanda coorganiza una conferencia para jóvenes junto con sus Premios a Discursos sobre Unidad Racial, de carácter anual. Aquí, los participantes en la conferencia del año pasado consultan durante una sesión en grupos reducidos. (Fotografía: Tom Mackintosh) Presentación
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La Comunidad Bahá'í de Nueva Zelanda coorganiza una conferencia para jóvenes junto con sus Premios a Discursos sobre Unidad Racial, de carácter anual. Aquí, los participantes en la conferencia del año pasado consultan durante una sesión en grupos reducidos. (Fotografía: Tom Mackintosh)

Entre otras muchas acciones, 16 líderes religiosos de Nueva Zelanda, entre los que se cuenta un representante bahaí, enviaron un mensaje de amor y apoyo a la comunidad musulmana el viernes.

«Bajo una embestida tal, nosotros, los líderes religiosos somos muy conscientes de nuestra necesidad (...) de aprovechar los recursos más profundos de nuestras diversas espiritualidades y tradiciones. En este sentido, los propios musulmanes que sufrieron el ataque han dado ejemplos de nobleza y generosidad», escribieron los representantes religiosos.

Los bahá'ís de Nueva Zelanda también están viendo en este momento el poder de las reuniones de oración. La Asamblea Nacional alentó a los bahá'ís a ver las reuniones devocionales como «fuentes de fortaleza espiritual en las próximas semanas y meses para miles de neozelandeses». Las reuniones devocionales ofrecen un espacio para establecer la conexión profunda entre la oración y los actos desinteresados que promueven el mejoramiento de la humanidad.