Superar los prejuicios y la intolerancia es esencial para un mundo más seguro
ASTANÁ, Kazajistán — Las comunidades religiosas pueden contribuir a un mundo más seguro combatiendo los prejuicios religiosos y la intolerancia.
Este mensaje estuvo en el corazón de la contribución bahá'í al VI Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, celebrado los días 10 y 11 de octubre en la capital de Kazajistán.
«No ha existido ninguna otra época en que la humanidad haya necesitado mayor unidad y cooperación, ―explica Lyazzat Yangaliyeva, representante de la comunidad bahá'í en el Congreso―. Es muy oportuno para un foro que busca promover la unidad de las religiones y orienta un diálogo entre los líderes religiosos hacia el mejoramiento del mundo».
«La contribución bahá'í aquí se centró en una de las principales causas de división en el mundo de hoy: el prejuicio religioso».
En su presentación en un panel sobre religión y globalización, el secretario general de la Comunidad Internacional Bahá'í, Joshua Lincoln, recordó los desafíos actuales que enfrenta la humanidad. «Como confirmará cualquier vistazo a las noticias, la naturaleza y el futuro de la globalización son inciertos. Solo esta semana, hemos recibido graves advertencias del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático y del Fondo Monetario Internacional sobre el futuro ecológico y financiero del planeta.
»Superar las barreras a la cooperación es esencial para el progreso, ―afirmó―. Los escritos bahá'ís advierten sobre los peligros del fanatismo religioso y el odio. Nunca se debe permitir que las creencias religiosas fomenten los sentimientos de animosidad entre las personas».
«Dos conceptos que son esenciales para abordar los prejuicios religiosos son el diálogo y la educación moral», explica la Sra. Yangaliyeva. La contribución bahá'í en el Congreso se centró en estos dos temas.
«La causa fundamental de los prejuicios religiosos es la ignorancia, ―continúa―. Hacemos hincapié en cómo la educación actúa sobre la ignorancia elevando las normas morales, eliminando los prejuicios, empoderando a los jóvenes a asumir sus derechos y responsabilidades en la sociedad, promoviendo un patriotismo que reconoce la unidad de la humanidad y, finalmente, centrándose en el servicio a la familia, la comunidad y la humanidad».
En la presentación del panel, el Dr. Lincoln habló sobre cómo el diálogo debe ir más allá de los patrones actuales de protesta y negociación. «El debate de oposición, la propaganda y los sistemas de partidismo que han existido durante mucho tiempo son todos fundamentalmente perjudiciales para la tarea de buscar la verdad de una situación dada y la elección más sabia de acción. Los participantes individuales deben, en cambio, tratar de elevarse por encima de sus respectivos puntos de vista, para funcionar como miembros de un cuerpo», explicó.
La conferencia constaba de dos sesiones plenarias y varias mesas redondas. Además, en su calidad de líderes religiosos, los participantes firmaron un compromiso de 23 puntos(En inglés).
Entre las cuatro personas de la delegación bahá'í había dos representantes de la Comunidad Bahá'í de Kazajstán, Askhat Yangaliyev y Serik Tokbolat.
«Ha sido muy alentador para la Comunidad Bahá'í de Kazajstán poder participar por segunda vez en este Congreso, ―reflexionó la Sra. Yangaliyeva después―. Observamos con aprecio cómo cada comunidad religiosa fue tratada con dignidad y respeto, e interactuó con un espíritu de armonía y compañerismo».
Este Congreso trienal, organizado por el gobierno de Kazajstán y auspiciado por el presidente Nursultan Nazarbayev, ha reunido este año a 82 delegaciones de 46 países, que representan una amplia gama de religiones y nacionalidades. El presidente del Senado de Kazajstán, Kassym-Jomart Tokayev, presidió el procedimiento. El próximo congreso se celebrará en 2021.