Conmemoración en Nueva Delhi de la histórica batalla de Haifa
NUEVA DELHI, La India — El 23 de septiembre de 1918, durante el último año de la Primera Guerra Mundial, los soldados indios desempeñaron un papel decisivo en la Batalla de Haifa. En lo que se cree fuera uno de las últimas cargas de caballería en la historia militar moderna, los soldados llevaron a cabo un ataque que permitió a las fuerzas británicas capturar Haifa de manos del ejército otomano. Con ello, también garantizaron la seguridad de ‘Abdu’l-Bahá.
El papel de la India en esta histórica batalla se conmemoró el 20 de septiembre de 2017 en un evento en Nueva Delhi organizado por el grupo de expertos de la Fundación India. En el evento, titulado La Conmemoración del Centenario de la Batalla de Haifa, participaron políticos, funcionarios, miembros de las fuerzas armadas y militares, algunos de los cuales son descendientes de los soldados que lucharon en la batalla, y representantes de la Comunidad Bahá’í de la India.
Dirigiéndose a la audiencia, el comandante Chandrakant Singh, secretario de la Asociación de Veteranos Indios de la Guerra, afirmó: «Al investigar la Batalla de Haifa, encontré la fascinante historia de los bahá’ís y su figura central ‘Abdu’l-Bahá. Llegué a la conclusión de que la historia de la Batalla de Haifa y la historia de los bahá’ís están tan estrechamente entrelazadas y son tan inspiradoras que todos en la India deberían conocerlas».
De hecho, mantener a salvo a ‘Abdu’l-Bahá fue uno de los resultados menos conocidos de la batalla, explicó el Brigadier M. S. Jodha, el nieto del capitán que se hizo cargo de las fuerzas indias después de que el comandante fuera asesinado. El Sr. Jodha describió las complejidades militares de la batalla en su presentación.
‘Abdu’l-Bahá había sido un prisionero del imperio otomano desde su infancia. Fue liberado de la cárcel en la ciudad prisión de ‘Akká en 1908 cuando la Revolución de los Jóvenes Turcos llevó a la liberación de todos los prisioneros religiosos y políticos. Tras su liberación, ‘Abdu’l-Bahá trasladó su residencia a Haifa, donde estaba supervisando la construcción del Santuario de Báb en el Monte Carmelo.
Durante los primeros años de la Primera Guerra Mundial, aunque ya no estaba encarcelado, ‘Abdu’l-Bahá recibió amenazas repetidas contra su vida por parte de autoridades antagónicas hacia él y los bahá’ís. El comandante del cuarto cuerpo de ejército otomano incluso había amenazado con crucificar a ‘Abdu’l-Bahá si el ejército turco alguna vez era desplazado de Haifa.
Fue en estas circunstancias que se desarrolló la dramática Batalla de Haifa, durante la cual dos regimientos de soldados de la caballería india jugaron un papel crítico en la captura de la ciudad por parte de los bien afianzados soldados turcos y alemanes.
«‘Abdu’l-Bahá habló de la India como una tierra dotada de una brillante capacidad y expresó la esperanza de que trabajarían para unir a sus pueblos».
—Naznene Rowhani, representante de la Comunidad Bahá'í de la India
Varios oradores hablaron sobre los dramáticos acontecimientos de la batalla mientras los regimientos de caballería indios dirigían una audaz cuesta arriba hacia posiciones de artillería otomana en el Monte Carmelo. Aunque los soldados indios, los Lanceros Jodhpur y los Lanceros Mysore, estaban armados solo con lanzas y lancetas y se enfrentaban a ametralladoras mientras avanzaban, su victoria fue inesperadamente rápida y Haifa fue capturada con relativamente pocas víctimas.
Según un relato histórico de Hassan Balyuzi, después de la batalla, los soldados del ejército indio fueron enviados a las puertas de la casa de ‘Abdu’l-Bahá. Él «estaba sentado tranquilo e imperturbable en la entrada de su casa».
En su presentación, una representante de la Comunidad Bahá’í de India, Naznene Rowhani, relató historias de algunos de los soldados indios que se encontraron con ‘Abdu’l-Bahá dos días después de la batalla y que fueron invitados por él a tomar el té. «Fue una escena pintoresca e impactante, —afirmó—. ‘Abdu’l-Bahá, estaba sentado con representantes de India, Persia, la región del Kurdistán, Egipto e Inglaterra, algunos vestidos con trajes militares, otros con turbantes y gorras indias y todos recibiendo dulces de sus propias manos».
La Sra. Rowhani también relató los comentarios hechos por ‘Abdu’l-Bahá a dos oficiales indios que se reunieron con Él, Mir Mumtaz Ali y Rasidar Rahim Sher Khan: «Les dijo que cuando regresaran a la India deseaba que participaran en otro tipo de guerra, una guerra contra el yo y la pasión. Declaró que ‘el que gana la victoria sobre sí mismo es el verdadero conquistador, ha demostrado su poder y se convertirá en el receptor de las bendiciones de Dios’. ‘Abdu’l-Bahá habló de la India como una tierra dotada de una brillante capacidad y expresó la esperanza de que trabajarían para unir a sus pueblos».