Ciudadanía y religión bajo examen en Canadá
OTTAWA, Canadá — A medida que el pueblo canadiense se prepara para celebrar los 150 años desde la confederación de su país, ha habido una amplia conversación nacional sobre el pasado, presente y futuro de las relaciones entre sus diversos ciudadanos. Un aspecto de este debate ha sido la evolución del papel de la religión y la espiritualidad en la sociedad en el contexto de la creciente diversidad religiosa y étnica y el resurgimiento de la cultura y los modos de vida indígenas.
En los últimos años, la comunidad bahá'í ha encabezado una iniciativa para reunir a pensadores destacados de todos los sectores de la sociedad con el fin de explorar el lugar que ocupa la religión en la vida pública. Una pregunta que se ha planteado la Oficina de Asuntos Públicos Bahá'í de Canadá ha sido cómo crear un espacio para un estudio significativo, en el que una variedad de ideas puedan arrojar luz sobre el tema y pueda avanzar una comprensión colectiva.
Una serie de conferencias celebradas desde 2013 en Montreal, Vancouver y este año en Ottawa han tenido como objetivo fomentar ese ambiente. Se invitaron a voces prominentes en el discurso público de Canadá para examinar el papel de la religión en la sociedad.
En su discurso de apertura a la conferencia de este año en Ottawa del 8 al 9 de mayo de 2017, Geoffrey Cameron, representante de la Comunidad Bahá'í de Canadá y presidente del comité del programa, declaró: «Esta es una conferencia especial semejante a un diálogo continuo. Se basa en las redes interreligiosas nacionales de Canadá pero no es una conferencia interreligiosa en sentido convencional».
Prosiguió diciendo: «Lo que queremos hacer es ayudar a enmarcar un diálogo público permanente sobre el papel de la religión en la sociedad canadiense».
«Una de las preguntas que para nosotros ha estado en el centro de esta conversación es cómo la creciente diversidad de nuestra población puede ser un recurso para actuar juntos», señaló Gerald Filson, director de Asuntos Públicos de la Comunidad Bahá'í de Canadá y ex presidente de la Conversación interreligiosa canadiense, patrocinadora del evento.
«A medida que Canadá se ha vuelto más diversa desde el punto de vista religioso, ha habido una expectativa de que la esfera pública debería ser secular, que las perspectivas abiertamente religiosas no deberían tener cabida en el discurso público. Si bien la intención de este tipo de secularismo ha sido históricamente asegurar una mayor igualdad entre los grupos religiosos en la vida pública, muchos han expresado su preocupación de que también impide que las personas participen plenamente en la vida de la sociedad», afirmó el Sr. Cameron.
El Profesor John Borrows, Catedrático de Investigación de Derecho Indígena de Canadá, observó en su discurso de apertura a la conferencia: «Existe el peligro de reemplazar un tipo de exclusividad (religiosa) por otro tipo de exclusividad secular, que puede atraparnos en una narrativa singular y desterrar valiosos vocabularios de compasión».
«Las ideas deben compararse y contrastarse con otras. Cuando reconozco que mis propios puntos de vista son parciales, estoy abierto a ampliar mi comprensión, ―continuó―. A medida que cada oleada de personas se une a nuestra sociedad, sus historias deben agregarse a nuestra reserva de historias».
Andrew Bennett, ex embajador para la libertad religiosa, agregó que mientras se promuevan pacíficamente y en el respecto a la dignidad humana, los diversos puntos de vista religiosos y éticos tienen un lugar en nuestra sociedad pluralista.
Un tema clave en la conferencia fue sobre el papel de los conceptos espirituales y el lenguaje en el proceso de reconciliación entre los pueblos indígenas y no indígenas así como las implicaciones de ese proceso para el papel de la espiritualidad en la vida pública. «La reconciliación es una conversación espiritual sobre nuestra humanidad compartida y el tipo de sociedad que queremos crear para el futuro, ―afirmó Karen Joseph, directora ejecutiva del grupo de la sociedad civil Reconciliación Canadá―. La reconciliación es un modo de vida. Es un pacto espiritual».
Una importante contribución hecha por el filósofo y escritor John Ralston Saul en su discurso de apertura fue que el enfoque para integrar la diversidad religiosa en Canadá no tiene que ser definido por las perspectivas sobre el secularismo que surgieron en el contexto de la Francia del siglo XVIII.
«Tenemos la oportunidad de tener un debate completamente nuevo, ―dijo―. Tenemos que preguntar dónde estamos, por qué estamos aquí y cuáles son nuestras obligaciones mutuas».
«No podemos avanzar mientras hablamos dentro de una tradición de pensamiento que está diseñada para eliminar la diferencia. Creo que una reunión alrededor de la espiritualidad es una reunión que reconoce la complejidad», continuó Saul.
La conferencia concluyó con una mesa redonda en la Colina del Parlamento, que reunió a diputados de tres partidos políticos, entre ellos Elizabeth May, líder del Partido Verde, y Yasmin Ratansi, la primera parlamentaria musulmana de Canadá.
«Nuestro objetivo con la conferencia fue mostrar que es posible enriquecer nuestro discurso público nacional al incluir una variedad de voces religiosas y seculares en una conversación entre ellos, ―reflexionó el Sr. Cameron―. Ahora tenemos que extender este discurso a otros espacios, llevando el mismo compromiso de comprensión y cooperación mutuas».
La serie de conferencias Toda nuestra sociedad ha contado con la participación de unos 500 participantes. Están patrocinadas por los miembros de la Conversación Interreligiosa Canadiense, entre los que se cuenta la Comunidad Bahá'í de Canadá, en asociación con la Fundación Canadiense de Relaciones Raciales, Fe en Canadá 150 y la Fundación Pierre Elliott Trudeau.