La Comunidad Internacional Bahá’í ve con confianza el futuro de África
ADDIS ABEBA, Etiopía — África tiene una gran contribución que hacer al futuro de la civilización mundial, explica el profesor Techeste Ahderom, representante de la oficina regional de la Comunidad Internacional Bahá’í (CIB) en África.
La CIB es una organización no gubernamental internacional que representa a la Comunidad Mundial bahá'í. Establecida en 1948, la CIB tiene oficinas en las Naciones Unidas en Nueva York y Ginebra, así como oficinas regionales en Bruselas y, más recientemente, en Yakarta y Addis Abeba.
El establecimiento de la Oficina de la CIB en Addis Abeba hace dos años fue un importante paso adelante en los esfuerzos de la comunidad bahá'í por contribuir al desarrollo y la prosperidad del continente africano. La Oficina de la CIB en Addis Abeba trabaja en colaboración con entidades gubernamentales, intergubernamentales y no gubernamentales que operan en el escenario africano para el mejoramiento de la sociedad.
«Estamos interesados en conocer las preocupaciones acuciantes del pueblo africano y de nuestra sociedad, así como las cuestiones que la Unión Africana ha identificado formalmente como fundamentales para el progreso del continente», declara el profesor Ahderom. «Las instituciones y los gobiernos están diciendo: “Silenciaremos todas las armas en África” y “Sin paz no puede haber desarrollo”. Pero más allá de la expresión de estas esperanzas, necesitamos aprender lo que estas ideas significan en la práctica y cómo lograrlas».
En este contexto, la colaboración con la Unión Africana ha sido especialmente importante para la Oficina de la CIB. La Unión Africana es una organización cuyo objetivo es lograr una mayor unidad y solidaridad entre los países y los ciudadanos africanos.
En enero de 2015, la CIB fue una de las quince únicas organizaciones religiosas invitadas a contribuir a la Agenda 2063 de la Unión Africana: El África que queremos, un documento aprobado por los gobernantes africanos. La Agenda 2063 ofrece una visión y una estrategia para el futuro del continente. Recoge las aspiraciones generalizadas de los pueblos africanos de poner fin a los conflictos, establecer la libertad de paso a través de las fronteras, hacer realidad los derechos de las mujeres y los niños y garantizar que la prosperidad se comparta entre todas las poblaciones.
«Fue muy interesante observar que lo que se proponen lograr dentro de 50 años está muy en consonancia con la visión de la Fe bahá'í: no más guerras, conflictos resueltos, paz en sentido pleno —señala el profesor Ahderom—. Las mujeres desempeñarán el papel que les corresponde en la sociedad. Y la gente podrá cruzar las fronteras sin problemas».
«Es comprensible que haya quienes tengan un profundo escepticismo y sean detractores, pero no creemos que esa sea la actitud correcta».
Uno de los acontecimientos emocionantes de los dos últimos años es que la Oficina de la Comunidad Internacional Bahá’í en Addis Abeba ha podido trabajar con varios asociados procedentes de las comunidades bahá'ís de todo el continente, ya que la Oficina ha centrado sus energías en participar en algunos de los problemas más críticos a los que se enfrenta África en la actualidad: el medio ambiente y el cambio climático, las desigualdades entre los ricos y los pobres en términos materiales, la igualdad entre mujeres y hombres, la financiación del desarrollo, la educación universal y, por supuesto, la paz y la seguridad.
La Oficina de la Comunidad Internacional Bahá’í en Addis Abeba cree que los objetivos a largo plazo de la Agenda 2063 solo pueden alcanzarse mediante un compromiso con la educación de los niños y jóvenes africanos. Con ese fin, la Oficina ha optado por participar en escenarios relacionados con este tema vital y fue invitada a dirigirse a los participantes en el acto anual del Día del Niño Africano en junio.
«La educación de los niños es una estrategia a largo plazo para el continente africano. Si en una etapa temprana se puede enseñar a los niños los principios de la unidad de la humanidad y la unidad en la diversidad, si se puede cultivar la capacidad intelectual con cualidades espirituales, entonces podremos construir el futuro que queremos», declaró la CIB en una ponencia durante el evento.
Puntualizando más sobre el tema, el profesor Ahderom afirmó: «El objetivo a largo plazo de la educación y la igualdad en África se irá construyendo ladrillo a ladrillo. El objetivo a corto plazo es poner fin a los conflictos, pero la visión a largo plazo es construir.
«Las comunidades bahá'ís intentan igualmente contribuir a los procesos constructivos en África. También nos encontramos en los inicios de este proceso, todavía en las etapas de aprendizaje».
Mirando hacia el futuro, el profesor Ahderom se muestra muy optimista. «Sí, hay desafíos, sin duda, y algunos de los desafíos más formidables. Pero África también tiene los recursos, el ingenio y el corazón no solo para afrontarlos, sino para ser una luz para el resto del mundo.
»Esta es la visión de la Comunidad Internacional Bahá’í para África».