SANTIAGO, Chile — ¿Cómo pueden las sociedades ir más allá de los enfoques superficiales del cambio y comenzar a fomentar una transformación social profunda? Esta pregunta ha estado en el centro de una serie de diálogos de larga data entre diversos actores sociales en Chile, que culminaron en una nueva publicación publicada por la Oficina Bahá’í de Asuntos Externos de ese país, titulada Transformación social: construir juntos una nueva visión.

La publicación sintetiza, a través de la lente de los principios y enfoques bahá’ís del desarrollo social, las ideas que han surgido de estos debates a lo largo de los años, celebrados por la Oficina de Asuntos Externos y que han reunido a personalidades del mundo académico, organizaciones de la sociedad civil, representantes gubernamentales y dirigentes comunitarios.

En su intervención durante la presentación de la publicación en la Casa de Adoración Bahá’í de Santiago, Allan Aravena, director de la Oficina de Asuntos Exteriores, destacó una de las ideas claves de la serie de diálogos: «Los participantes han reconocido que lograr una transformación social profunda requiere reconstruir el tejido social sobre la base de una comprensión más profunda de la identidad humana, que reconozca la unicidad fundamental de la humanidad».

Los debates se han inspirado en actividades bahá’ís de desarrollo comunitario por todo el país, que han aportado nuevas visiones de lo que es posible cuando las relaciones entre individuos, comunidades e instituciones se basan en principios como la igualdad entre hombres y mujeres, la justicia y la participación universal.

«A través de estos programas», explicó el Sr. Aravena, «en los que se valoran los puntos de vista de jóvenes y mayores, mujeres y hombres, y personas de todas las procedencias, las comunidades locales están aprendiendo a generar confianza, a comunicarse eficazmente y a resolver los problemas de forma colectiva».

Un aspecto central de la publicación es el examen de la identidad humana y su papel en la transformación social. En ella se analiza la forma en que los marcos materialistas imperantes han conducido a una visión limitada de la naturaleza humana, que reduce con frecuencia a los seres humanos a meros actores económicos movidos por la competitividad y el interés propio.

«La construcción de la identidad adquiere un papel fundamental en la configuración tanto de los marcos conceptuales como de la cultura», explicó Daniel Duhart, miembro del Cuerpo de Consejeros de las Américas y participante en los foros de debate. «Cuando limitamos nuestra comprensión de quiénes somos a consideraciones puramente materiales, perpetuamos sin saberlo sistemas que no pueden resolver adecuadamente las injusticias y el sufrimiento que vemos en el mundo».

La publicación afirma que esta forma limitada de concebir la identidad humana se manifiesta en diversas estructuras sociales, desde los sistemas educativos centrados principalmente en los logros materiales hasta un panorama mediático que a menudo reduce la experiencia humana a parámetros superficiales. Sostiene que la verdadera transformación social requiere ampliar nuestra comprensión de la naturaleza humana para que incorpore su dimensión espiritual.

Carolina Rudnick, presidenta de la ONG Fundación Libera, reflexionó sobre esta visión ampliada de la naturaleza humana: «Para mí, la cohesión social consiste en tejer un tejido social construyendo comunidad. Implica desarrollo individual [...] y al mismo tiempo no podemos crecer si no es relacionándonos con los demás y con nuestro entorno».

«Si deseamos crear una sociedad más justa, pero empleamos medios contrarios a la unidad, esto se convierte en un obstáculo para el proceso —prosigue el doctor Duhart—. Esto genera una parálisis que, en última instancia, crea frustración social y apatía, ya que los altos ideales no se traducen en realidad».

La publicación examina cómo volver a plantearse ciertas ideas fundamentales -como el poder, la educación y la naturaleza humana- podría abrir nuevas posibilidades de progreso social. «Gran parte de nuestra atención se centra en el poder en tanto que dominación —señala Felipe Duhart, miembro de la Asamblea Espiritual Nacional Bahá’í de Chile—. Pero hay otras dimensiones del poder que son tan reales, o incluso más poderosas: el poder de la verdad, el poder del conocimiento, el poder de la unidad, el poder de las acciones desinteresadas y el poder de la justicia», afirmó.

La publicación forma parte de un esfuerzo más amplio de la Oficina por contribuir a los debates actuales sobre la transformación social en Chile. La serie de foros continuará el año próximo, con futuras publicaciones previstas para captar cómo evoluciona el pensamiento a lo largo del tiempo.