CIB Ginebra: Los Estados miembros de la ONU manifiestan su preocupación por los bahá’ís en el Examen Periódico Universal de Irán
CIB GINEBRA — Irán se sometió recientemente a su cuarto Examen Periódico Universal (EPU), un análisis de Naciones Unidas del estado de los derechos humanos, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra. En la sesión, un número importante de Estados miembros manifestaron su preocupación por la persecución sistemática de los bahá’ís en Irán, entre otras violaciones de los derechos humanos como la persecución de las minorías y el acoso a mujeres y niñas.
El Examen Periódico Universal de Irán tuvo lugar la misma semana en que las fuerzas de seguridad de la República Islámica detuvieron a once mujeres bahá’ís en Irán bajo acusaciones infundadas.
El EPU es un mecanismo de revisión por pares bajo supervisión del Consejo de Derechos Humanos que analiza el historial de derechos humanos de los 193 Estados miembros de Naciones Unidas. El país que se examina debe exponer las medidas que ha tomado para poner en práctica las recomendaciones anteriores, a las que se habrán comprometido, y destacar los progresos en materia de derechos humanos en el país.
Muchos de los países que presentaron informes al Examen Periódico Universal se refirieron específicamente a la situación de los derechos humanos de los bahá’ís y realizaron recomendaciones específicas para que el Gobierno iraní las aplique.
En sus declaraciones durante la sesión del EPU de Irán, Italia recalcó la importancia de «adoptar las medidas necesarias para garantizar la igualdad de derechos para todos los ciudadanos que han sufrido la discriminación por pertenecer a minorías étnicas y religiosas, especialmente hacia los bahá’ís». Austria instó a Irán a que «la constitución iraní se alinee con los derechos humanos internacionales y garantice que todas las minorías religiosas, entre ellas la bahá’í, sean reconocidas y puedan disfrutar plenamente del derecho a la libertad de religión o creencia».
Lituania instó a Irán para que «garantice el respeto de los derechos de las minorías religiosas poniendo fin a toda forma de discriminación y de persecución de los bahá’ís y de otras comunidades religiosas». Estonia pidió que Irán «termine con todo tipo de discriminación, lo que incluye a las minorías religiosas como los bahá’ís». Luxemburgo instó a Irán a «dejar de perseguir a las minorías religiosas y étnicas, especialmente a los bahá’ís, kurdos, ahwasíes, baluchis y turcomanos». Irlanda expresó su preocupación por los «informes de la continua discriminación contra las minorías religiosas y étnicas, como los miembros de la Fe bahá’í».
Bélgica instó a Irán a «asegurar que el poder constitucional y legislativo garanticen el disfrute de todos los derechos humanos de manera igualitaria a todas las minorías religiosas, entre ellas a los bahá’ís, cristianos, judíos y musulmanes de toda confesión» Los Países Bajos manifestaron su seria preocupación por la «discriminación y persecución de […] las minorías étnicas y religiosas como la bahá’í». España pidió que Irán «garantice la libertad religiosa y la libertad de conciencia de las minorías como la comunidad bahá’í, adoptando medidas específicas para eliminar la discriminación y demostrar su protección».
Brasil manifestó su preocupación por «los informes de las violaciones de derechos humanos contra las mujeres, los activistas de derechos humanos y las minorías religiosas y étnicas, como los bahá’ís». Canadá insistió en la necesidad de «derogar todas las leyes y prácticas discriminatorias hacia las minorías étnicas y religiosas, como los cristianos, judíos, zoroastrianos, bahá’ís, árabes ahwazíes, kurdos y musulmanes sunitas». Costa Rica declaró que Irán debe «eliminar toda discriminación contra las minorías religiosas, como los bahá’ís, los árabes ahwazíes y los cristianos y garantizar el respeto de los derechos y libertades culturales y religiosas».
Macedonia del Norte pidió a Irán que «derogue todas las leyes, normativas y procedimientos que discriminen directamente contra las mujeres y las niñas, particularmente contra las mujeres bahá’ís que son arrestadas y detenidas arbitrariamente», destacando la necesidad de «garantizar su protección contra un hostigamiento mayor». Albania pidió que Irán «detenga la persecución y discriminación contra las minorías étnicas y religiosas, como los bahá’ís». Y las Islas Marshall dijo que Irán debería «adoptar medidas concretas para eliminar la discriminación y afianzar la protección de los derechos humanos de los bahá’ís y de otras comunidades minoritarias del país».
El 20 de enero, antes del EPU, la Comunidad Internacional Bahá’í, junto con otras cuatro organizaciones, organizó un acto de alto nivel en la ONU, que congregó a numerosos Estados miembros de la ONU, así como a más de una docena de expertos en derechos humanos y de agencias de la ONU. En él se puso de relieve la persecución de las minorías étnicas y religiosas, con un especial énfasis en la comunidad bahá’í iraní y el reciente informe de Human Rights Watch sobre los bahá’ís La bota sobre mi cuello.
Hilary Power, directora para Ginebra de Human Rights Watch, en su intervención en el panel afirmó: «El informe La bota sobre mi cuello documenta la violación sistemática de las autoridades de una amplia gama de derechos fundamentales de los miembros de la comunidad bahá’í mediante leyes y políticas discriminatorias. Las autoridades han codificado de manera intencionada esta represión de los bahá’ís en la legislación y la política oficial gubernamental, aplicada férreamente por las fuerzas de seguridad y por las autoridades judiciales».
Y agregó: «Los bahá’ís que hablaron con Human Rights Watch describieron su persecución como una serie de violaciones que se inicia con sus primerísimos encuentros con el Estado iraní y que afecta a todos los aspectos de sus vidas».
La relatora especial de la ONU sobre Irán, Mai Sato, declaró: «La comunidad bahá’í se enfrenta a una exclusión sistemática de la educación universitaria, a la confiscación de sus propiedades y a detenciones arbitrarias».
Simin Fahandej, representante de la Comunidad Internacional Bahá'í ante las Naciones Unidas, que también intervino en el panel, afirmó: «Mientras que los bahá’ís de todo el mundo contribuyen a sus sociedades y tienen la libertad para hacerlo, en Irán desafortunadamente se les han negado sistemáticamente casi todos los derechos humanos durante más de 45 años. Hay pruebas directas de que la persecución contra los bahá’ís en Irán se encuentra institucionalizada dentro de la ley iraní, que excluye a los bahá’ís de todas las áreas de la vida y hace imposible incluso que reclamen justicia».
Y añadió: «El antiguo relator especial de la ONU para la Libertad de Religión o Creencias calificó la persecución de los bahá’ís como una de las manifestaciones más extremas de persecución religiosa en el mundo actualmente».
El sólido apoyo de los países a los bahá’ís de Irán durante el proceso del EPU es el último episodio de una extraordinaria oleada de apoyo que los bahá’ís de Irán han recibido en los últimos meses. Un antiguo relator especial de la ONU describió esa persecución como motivada por una «intención genocida». Numerosos informes de la Misión de Investigación de la ONU sobre Irán destacan el desproporcionado hostigamiento de las mujeres bahá’ís desde la revolución de 2022, manifestando una escalada deliberada en la represión. Y en un giro sin precedentes, 18 expertas y expertos de la ONU se unieron para publicar [una carta conjunta amonestando a Irán] (https://spcommreports.ohchr.org/TMResultsBase/DownLoadPublicCommunicationFile?gId=29216) por sus actos, al tiempo que el Centro Abdorrahman Boroumand publicaba un relato escalofriante de los 45 años de violencia contra la comunidad bahá’í.
A esta indignación mundial se añade un nuevo comunicado de prensa de la ONU que condena la persecución sistemática de las mujeres bahá’ís, pidiendo una acción inmediata para abordar las violaciones de estos derechos humanos.
Esta intensificación de la preocupación internacional subraya la urgencia de la protección de los bahá’ís de Irán contra una campaña implacable de opresión y de violencia.