El Sr. Tamashiro habló del poder del templo para atraer y contribuir a la armonía social: «Como polillas a la llama, nos sentimos atraídos por esta Casa de Adoración. Nos atrae a todos para reunirnos y comulgar con la Fuente de nuestro ser, para inspirarnos y contribuir al mejoramiento espiritual y material de nuestras comunidades».