Los delegados emiten su voto para elegir la Casa Universal de Justicia
CENTRO MUNDIAL BAHÁ'Í — En una atmósfera enrarecida y espiritual, los representantes de más de 160 comunidades bahá'ís nacionales emiten sus votos esta mañana para la elección de la Casa Universal de Justicia.
«La asistencia de los delegados a la Duodécima Convención Internacional Bahá’í este año no tiene precedentes, —comentó Alison Milston, Consejera Miembro del Centro Internacional de Enseñanza, al abrir el procedimiento—. Es un símbolo apropiado de cómo la Fe bahá'í ha avanzado en los dos siglos desde la aparición de Bahá'u'lláh».
Tras una selección de oraciones, más de 1300 representantes de todo el mundo bahá'í, uno por uno, desfilaron por el escenario en el Centro Internacional de Convenciones de Haifa y depositaron sus votos reverentemente en una caja de madera designada al efecto. Tras añadir los votos a distancia, el número total de representantes que participaron en las elecciones superó los 1500.
La emisión de votos esta mañana fue la culminación de un proceso electoral mundial en el que todos los bahá'ís adultos pueden participar. Las elecciones bahá’ís son distintivas por su ausencia de nominaciones y campañas. Los delegados a la Convención Internacional, conformada por la membresía de todas las asambleas bahá’ís nacionales, eligen por voto secreto a las nueve personas que consideran más adecuadas para ser miembros de la Casa de Justicia.
El mandato otorgado a la Casa Universal de Justicia por Bahá'u'lláh mismo incluye ejercer una influencia positiva en el bienestar de la humanidad, promover la educación, la paz y la prosperidad global, y salvaguardar la dignidad humana, entre muchas otras responsabilidades. La Casa de Justicia tiene la responsabilidad de aplicar las enseñanzas bahá’ís a los requisitos de una sociedad en continua evolución.
Desde su formación en la Primera Convención Internacional Bahá’í en 1963, la Casa de Justicia ha preservado la unidad orgánica de la comunidad bahá’í en todo el mundo, guiándola para desarrollar su capacidad de contribuir al surgimiento de una civilización global próspera y para hacer realidad la visión de Bahá'u'lláh de la paz mundial.