Carteles amenazantes antibahá’ís distribuidos en Yazd, Irán
GINEBRA, Suiza — Una octavilla altamente inflamatoria y amenazante, que califica a los bahá’ís de «impíos» fue distribuida la semana pasada en la ciudad de Yazd, Irán, en la víspera de un importante día sagrado chiíta.
«La hoja impresa anónima fue colocada en paredes y también en las casas y automóviles de los bahá’ís», afirmó Diane Ala’i, la representante de la Comunidad Internacional Bahá’í ante las Naciones Unidas en Ginebra.
«Resulta obvio que se programó la distribución de este cartel para inflamar las pasiones religiosas contra los bahá’ís, que son una minoría en Yazd y en todo Irán —afirmó Ala’i—. El mensaje básico del cartel es señalar como un deber religioso atacar a los bahá’ís y destruir sus propiedades.
«El hecho de que hayan seleccionados las casas y vehículos de los bahá’ís también resulta inquietante porque envía el mensaje: ‘Sabemos quién eres y dónde estás’», añadió.
La distribución de la octavilla en esta mediana ciudad del centro de Irán se inició el 12 de junio de 2014, en vísperas de Shabe-barat (la noche de la liberación) que celebra el nacimiento del Imán Mahdi y es un importante día sagrado para los musulmanes chiítas.
La octavilla afirma que de acuerdo con la ley islámica, la «sangre» de los bahá’ís «no vale nada» y que «todo musulmán debe levantarse contra toda actividad de este movimiento y luchar contra ellos incluso a costa de su propia vida».
Una versión similar del cartel fue entregada en por lo menos cinco hogares bahá’ís en Yazd en enero pasado. La hoja impresa estaba firmada por «Hizbu’llah» (el Partido de Dios).
La Sra. Ala’i declaró que el Gobierno tiene el deber de denunciar tales actos en público y de encontrar y llevar ante la justicia a los autores de esos mensajes de odio y de proteger a los bahá’ís como ciudadanos iraníes.
«Lamentablemente, el Gobierno, durante demasiado tiempo, ha permitido a los autores de estas agresiones actuar con impunidad. En los últimos años, han tenido lugar literalmente cientos de agresiones o amenazas contra los bahá’ís y sus propiedades, y nadie ha sido enjuiciado por este tipo de acciones», agregó.
La Sra. Ala’i señaló, por ejemplo, que en enero tres bahá’ís fueron atacados en su casa en Birjand, por un intruso anónimo empuñando un cuchillo, y que un bahá’í fue asesinado a disparos en Bandar Abbas en agosto pasado. También ha habido una serie de incidentes de profanación de cementerios bahá’ís en los últimos meses, tales como los esfuerzos de la Guardia Revolucionaria por destruir un histórico cementerio bahá’í en Shiraz.